Joaquín Robles Linares N

El México democrático y de libertades que habitábamos (1997-2018) no desapareció de forma natural, lo destruyeron contando una historia simple y de fácil digestión social, argumentando que era injusto y desigual.

Resulta contradictorio un Gobierno que se vanagloria de ser la voz del pueblo, adquiera de pronto el carácter de régimen solitario...

La acumulación de poder terminará en desastre, sin democracia, sin dinero y con las instituciones colapsadas.

México en unas horas dejará de ser una república democrática y representativa, la debacle judicial enfundada en una fraudulenta elección solidificará la tiranía que será muy difícil desmontar.

El doctor Jesús Kumate repetía una frase que era su divisa: “Uno no acepta la muerte de un niño. Es un evento NO natural”.

Sonora está en un momento crítico, la evasión de un reo de alta peligrosidad, los brotes de violencia cunden, se cambia de funcionarios y se revelan las disputas al interior del gabinete.

Hoy padecemos una crisis auto provocada por la hecatombe sanitaria de un régimen que acumula siete años en el poder.

Nuestro País se encuentra en el abismo, se intenta desdeñar el espanto...

México ha dado una salto al totalitarismo, los tribunales estarán sometidos al Ejecutivo, por encima de este engendro que nos hereda la represalia obradorista, estará un Tribunal de Disciplina Judicial y sobre todo, la fuerza absolutista presidencial.

La realidad es contundente, por más expresiones que ensayen en un feminismo hueco, protegieron a un misógino sacrificando a las mujeres.

Los campos de exterminio son noticia mientras el régimen intenta ocultarlos y desacreditarlos.

Al igual que en 1933, cuando el ciudadano lo advierta, será demasiado tarde.

El Plan Hídrico de esta administración federal es un refrito del pasado haciendo énfasis en la palabra del sexenio: Soberanía.

Existe un brote de sarampión en Texas, el fallecimiento de un niño expone la gravedad y la urgencia, no hay un posicionamiento oficial acompañado de una política para atenderlo, tenemos una frontera común.

México ha sido fértil en personajes que han recurrido a la falsedad como forma de conquistar el poder.