Embarga Municipio 54 perros pit bull en colonia Alamar

Los 54 perros pitbull que se encontraban en un predio de la colonia Alamar fueron embargados precautoriamente la tarde de este viernes y llevados a la perrera municipal.

Marco Antonio Tapia Miranda, jefe de Control Animal indicó que el 90% de los canes tiene problemas de salud y que algunos presentan evidencia de maltrato principalmente laceraciones en los oídos.

“El destino todavía no se sabe, es un resguardo temporal para evitar que se los llevaran a otra parte, para tener la certeza de que no los van a mover”, abundó.

Los perros fueron detectados el 22 de marzo en un predio de la colonia Alamar, se encontraban encadenados al suelo y con apenas un metro de separación de la cadena.

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El director de la perrera indicó que pese a la advertencia de la autoridad de acreditar la legal procedencia de los animales, el dueño no había realizado ningún trámite por lo que se procedió a retirarlos antes de los 40 días de plazo.

“No hizo ninguna tramitología de permisos, además el uso de suelo no era adecuado y ya se tuvieron mas elementos para sospechar que la persona no quiere hacer nada”, agregó.

El operativo inició a las 16:00 horas y en él intervinieron personal de Reglamentos, Seguridad Pública, asociaciones civiles que protegen animales y el colegio de veterinarios.

Los animales fueron sedados por precaución y la actividad culminó poco después de las 20:30 horas cuando fueron llevados a la perrera donde se les ubicó en jaulas individuales.

Abundó que los animales no serán sacrificados y que a través de las organizaciones civiles se buscará un hogar temporal para los canes que oscilan entre los ocho meses y los cuatro años.

“Mi sospecha como asociación es que los usaban de carnada para entrenar perros, no creo lo del criadero” dijo Leticia Coto Alvarado, activista de Humane Society de Tijuana.

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De los perros rescatados, indicó a la más dañada, que tienen entre otras cosas una oreja “mocha”, la llamaron Libertad, como una manera de augurar su próximo futuro.

“En menos de un metro de espacio para moverse y uno frente al otro cucándose, traen un estrés tremendo estos animales”, agregó la activista.