Va a juicio militar por muerte de reclutas en Ensenada

ENSENADA, BC.- El Teniente Coronel de Zapadores David “N” fue vinculado a proceso por el delito de homicidio doloso, en el caso de los siete jóvenes reclutas de la Guardia Nacional que fallecieron ahogados en la Playa Corona durante un supuesto adiestramiento.

La audiencia se llevó a cabo en la sala 1 del Centro de Justicia Penal Federal en Ensenada y duró más de seis horas.

Luego de escuchar los datos de prueba por parte del Ministerio Público Federal, los testimonios de los familiares y los argumentos de la defensa del imputado, el juez Sergio Adolfo Peniche Quintal dictó el auto de vinculación a proceso en contra de David “N” por el delito de homicidio doloso como autor material.

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Los hechos

Los agentes del Ministerio Público mencionaron que la carpeta 684/2024 se inició el 8 de marzo derivado de hechos ocurridos el 20 de febrero de 2024 y las denuncias presentadas por cinco familiares.

Refirieron que el 20 de febrero a las 13:30 horas en las instalaciones del Campo Militar Número 3 en Ensenada, se encontraba el director del Centro de Adiestramiento y Combate Integral Regional (CASIR), David “N”, quien les ordenó a los reclutas que se trasladaran a la Playa Corona, actividad que no se encuentra considerada

El 20 de febrero del presente año el imputado ordenó a las víctimas meterse al mar en la Playa Corona, donde fueron arrastrados por las olas. como adiestramiento.

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Detallaron que en la playa les ordenó que tenían 10 segundos para estar en el agua, y a pesar de que tenían sus uniformes sucios y las condiciones climatológicas eran desfavorables, alrededor de 200 elementos acataron la instrucción, ingresaron al mar, se escucharon gritos y se dio la orden que salieran, pero varios elementos habían sido arrastrados y 11 militares no fue posible encontrarlos.

Relataron que una unidad de búsqueda y rescate de la Marina logró rescatar a cuatro elementos que habían luchado contra toda adversidad, sin embargo, siete fallecieron, y aunque el imputado era garante de protegerlos, a pesar de que había olas de entre 15 a 17 pies, marejadas y presencia de corrientes, ordenó a sus subordinados que se introdujeran al mar.

Puntualizaron que el imputado no contaba con autorización de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ni el personal acuático para llevar a cabo este tipo de actividades, por lo que solicitaron la vinculación a proceso por el delito de homicidio doloso como autor material, ya que realizó por sí mismo la conducta.

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Testimonios de los sobrevivientes

Durante la aportación de los datos de prueba, los fiscales relataron el testimonio de cuatro reclutas sobrevivientes.

Uno de los testimonios refería que el teniente coronel les dio 10 segundos para ingresar al mar, sin embargo, estaba muy frío y los compañeros que estaban en la orilla intentaron rescatar a los que se estaban ahogando, pero las olas también los arrastraban, él trató de salvarse manteniendo la calma y flotando para ser arrastrado a la orilla, duró alrededor de 50 minutos a la deriva, observó una lancha de la Marina y fue rescatado 2 kilómetros mar adentro y fue trasladado al hospital naval.

Otro de los testimonios de los sobrevivientes mencionó que en la playa el teniente les dio una plática motivacional y les dio 10 segundos para entrar al mar, por lo que siguieron la orden, ya que cuando se desobedece se les ponía a realizar actividad física aparte como lagartijas y sentadillas, ingresó al mar y aproximadamente a 15 metros el agua le llegaba a la altura del pecho, pero debido a que las olas estaban agresivas, luego le cubrió todo el cuerpo.

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El tercer testimonio refirió que se introdujo al mar y una ola lo golpeó, lo arrastró y se desesperó porque no podía llegar a la orilla, un soldado lo agarró y se estaban hundiendo, vio como Michael Arellano, uno de los jóvenes que finalmente falleció, le pedía ayuda porque no podía quitarse la camisola.

El cuarto testimonio refería que las olas no le permitían llegar a la orilla y observó a un compañero bocabajo e inconsciente, posteriormente encontró a Carlos Omar Frías Lanfar y Michael Arellano, ambos decían que ya no podían, él tenía un silbato y pidió ayuda, pero ésta no llegó.

Intentaron ayudar

Los fiscales mencionaron una entrevista que se realizó a personal instructor, quien coincidió con la versión de los sobrevivientes, y dijo que también se les ordenó que se metieran al mar, muchos pedían ayuda e intentaron rescatarlos, pero las olas continuaban arrastrándolos, comentó que él estaba a aproximadamente 200 metros de la orilla de la playa, y a pesar de que sí sabía nadar eso no le ayudó mucho, pero finalmente pudo nadar hasta la orilla.

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También hablaron sobre una entrevista a una teniente enfermera que comentó que para tratar de salvar a los solados formaron una cadena humana y ella observó que había cabezas flotando, por lo que procedió a soltar la cadena humana y auxiliar a las personas.

Acusan violencia

Se mencionó el testimonio de una recluta femenina, quien identificó al teniente David “N” como una persona violenta e impulsiva, ya que durante clases de natación en el centro de adiestramiento los amarraba de manos y pies y los aventaba en zonas profundas, asimismo, refería que en dos ocasiones la golpeó en el hombro y le decía “¿qué esperas para hacerlo?”.

Por otra parte, se mencionó el testimonio de una persona que el día de los hechos estaba en la playa y vio cuando alrededor de 200 jóvenes ingresaban al mar gritando una letanía, y le pareció extraño ya que estaba haciendo mucho frío y un día antes había llovido, por lo que grabó cinco videos con su celular, que fueron aportados como pruebas.

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Los fiscales expusieron que de acuerdo a comentarios del personal del centro de reclutamiento, desde que llegó el teniente David “N” se les ordenaba que se metieran a bañar al mar, además de cobros excesivos en el área de lavandería y que no se les brindaban los alimentos en calidad y cantidad.

Familias exigen justicia

La defensa de los familiares de las víctimas señaló que el Teniente David “N” tomó atribuciones que no le correspondían, ya que la orden no estaba consentida y no formaba parte del programa de reclutamiento, al cual no se le ha realizado ninguna modificación.

El juez dio oportunidad a dos familiares de dar su testimonio en el juicio, María Miranda Camacho, madre de Michael Arellano y María del Consuelo López Rico, madre de Isaías Pérez López, quienes no pudieron contener las lágrimas.

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“Yo pido justicia porque él no sabía nadar y se le dio una orden que me afectó como mamá, a nombre de todas las mamás que están sufriendo pido justicia, es muy doloroso, yo venía a una graduación y vine a recoger el cuerpo de mi hijo, que no se le castigue con privilegios, somos muchas las personas atrapadas en esto, yo le pido justicia por esos siete muchachos”, expresó María Miranda, madre de Michael.

“Una persona irresponsable les truncó sus sueños, mi hijo de 18 años venía de Veracruz, imagínese el dolor que me deja ser madre de un único varón, mi hijo nunca me dijo que lo maltrataban, solo me pedía dinero para esto y aquello, nunca me dijo que lo extorsionaba porque sabría que yo estaba mala del corazón, luego me mandaron fotos que tenía una herida muy profunda en la pierna, mi hijo quería salir adelante porque en mi pueblo lo mínimo que pagan son 800 a la semana, yo fui madre soltera y él no quería sufrir”, expresó la madre de Isaías.

También Jessica Vilchis, hermana de Luis Manuel Vilchis, expuso que él le había comentado que era víctima de extorsiones, que no se le daba lo justo para comer y era maltratado.

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La defensa del teniente

Por su parte, la defensa del teniente consideró que la petición de la Fiscalía de vincular a proceso a David “N” era infundada, argumentando que no hay datos de prueba que se haya cometido el delito de homicidio doloso.

Refirió que de los datos de prueba de la carpeta de investigación se desprenden entrevistas a personal militar, a quienes se les hicieron preguntas directas como si el teniente coronel les dijo a qué distancia tenían que ingresar al mar y durante cuánto tiempo debían permanecer en el mar, a las cuales respondieron que no.

Asimismo, la defensa de David “N” mencionó que a uno de los entrevistados se le cuestionó qué actividad estaban realizando en el mar y respondió que estaban enjuagando el uniforme y “chiruleando”, que en lenguaje militar significa relajarse y hablar tranquilamente.

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También refirió que otro entrevistado fue cuestionado sobre si anteriormente había recibido un mal trato y dijo que no, y que estaban lavando ropa por el lodo y jugando con las olas.

Los fiscales comentaron que la defensa basa sus argumentos en que no se les dio tiempo y en que distancia a los reclutas, pero, siendo notorio que había un frente frío, ninguna persona podría estar disfrutando del mar después de pasar por alrededor de 40 aparatos y12 horas de actividad física, nadie querría estar dentro del mar, lo hicieron acatando una orden.

“El imputado se excedió en sus capacidades y la playa donde se metieron no forma parte de la guarnición militar”, señaló el fiscal.