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Ganó Xóchitl, ¿pero qué pasó?

Xóchitl Gálvez ganó la candidatura a la presidencia por el Frente Amplio por México (FAM) de acuerdo con los datos arrojados por las encuestas diseñadas para tal fin y que se dieron a conocer esta semana

Xóchitl Gálvez ganó la candidatura a la presidencia por el Frente Amplio por México (FAM) de acuerdo con los datos arrojados por las encuestas diseñadas para tal fin y que se dieron a conocer esta semana. Es un resultado que se había previsto desde que se registró como candidata. Sin embargo, el último tramo del proceso fue confuso y se ha prestado a cientos de especulaciones y observaciones.

Mi perspectiva es la siguiente: no hay que olvidar que Xóchitl irrumpió como una posible candidata a la presidencia cuando los partidos del Frente estaban entrampados y cada uno de ellos tenía a varios prospectos para que fuera su abanderado o abanderada. El PAN, por ejemplo, estaba impulsando a Santiago Creel, mientras el PRI estaba entre Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes y otros más. Incluso hasta el mismo PRD tenía sus propios candidatos.

Al abrirse el proceso, la presencia de Xóchitl Gálvez era de tal magnitud que rápidamente se inició una depuración natural. Varios declinaron, oficialmente quedó fuera Enrique de la Madrid y enseguida declinó Santiago Creel a favor de XG, para quedar sólo dos: Xóchitl y Beatriz Paredes.

A partir de aquí se abrió una fase distinta, a la que casi nadie se ha referido. Los foros organizados por el Frente en varios estados del país con dos mujeres como protagonistas, “enfriaron” de alguna manera el ambiente político previo y se tornaron en un terreno propicio, por obvias razones, para Beatriz Paredes. Xóchitl siguió conservando su fuerza y su presencia, pero Beatriz registró un crecimiento entre algunos segmentos de la sociedad, principalmente entre el priismo y las filas de Morena.

Ante este escenario, el priismo se activó a nivel nacional, lo mismo algunos grupos de Morena y el gobierno federal. Si tenían que escoger entre dos competidoras del Frente, algunas corrientes del PRI optaban por Beatriz, lo mismo que el morenismo que vislumbraba la posibilidad de desbarrancar a Xóchitl sin tener que recurrir a otros métodos.

Surgió entonces la polémica y seguramente las presiones de la dirigencia del PAN hacia la del PRI. Aparecieron muchas voces pidiendo que Beatriz declinara a favor de Xóchitl, pero también surgieron aquellos que se negaban a que lo hiciera, hasta que Beatriz en el último foro de Yucatán aclaró: “He decidido no declinar”.

Lo que vino después ya lo sabemos. El dirigente del PRI Alejandro Moreno, en el lenguaje del priismo clásico, salió y dijo que Beatriz declinaría, pero ella se negó en un primer momento y no fue hasta que se dieron a conocer los resultados de las encuestas que Paredes reconoció su desventaja, despidiéndose con su lenguaje encriptado.

¿Qué sucedió? En mi hipótesis, sucedió que ante el “repunte” de Beatriz durante el desarrollo de los foros, sobre todo entre la clase política y los medios, los dirigentes de los partidos del Frente no quisieron correr un riesgo al llevar a cabo la votación final, pues el ambiente había cambiado y a esas alturas había ya varias fuerzas políticas tratando de impedir el triunfo de Xóchitl Gálvez.

Con los datos en la mano no temían que Beatriz ganara finalmente la candidatura, temían que otras fuerzas intervinieran y descarrilaran el proceso selectivo, desprestigiando el proceso interno del Frente y buscando manchar el triunfo de Xóchitl. La decisión era compleja.

Algunos analistas (muchos despistados) y varias corrientes priistas olvidan una cosa muy importante: AMLO no quiere llegar a la elección presidencial del 24 con un bloque de fuerzas en donde haya una candidata con el perfil de Xóchitl que, a diferencia de sus corcholatas, conecta con la gente de varios estratos sociales.

Beatriz no; Beatriz con su experiencia y sus tablas parlamentarias puede sobresalir en los foros y los debates políticos, pero no tiene una gran simpatía en una amplia gama de electores. Eso es real. Eso arroja las encuestas del Frente y otras. Paredes sería una candidata funcional a Morena, pero en especial a López Obrador. Todo eso se sabía desde el principio. La misma Beatriz lo sabía.

Se ha ganado más de lo que se ha perdido. Un triunfo, por ejemplo, es que a pesar de todo el desbarajuste de los partidos del Frente, de su desorden y sus reticencias para abrirle la puerta a los ciudadanos, Xóchitl logró conjuntar esfuerzos entre ellos y les demostró que el poder está entre la ciudadanía.

Ella ha crecido con la fuerza de los ciudadanos, que ahora aparentemente son invisibles, pero son los que van a ir a votar el día de la elección. Esto nunca había sucedido en México. Los partidos nunca habían tenido una candidata ciudadana a la presidencia, con lo que la campaña ya no dependerá sólo de los partidos.

Hay que aprender a valorar las cosas y lo que está en juego. El ejercicio ha sido extenuante, complejo y exitoso. Xóchitl puede ganar la presidencia.

*El autor es analista político.

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