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El Imparcial / Tijuana / Tijuana

Encuentran testigos un refugio en México

Algunas familias rusas Testigos de Jehová en su huida de la represión del gobierno ruso deciden quedarse en esta ciudad

Tijuana BC.- Leonid y Elena Proskurin, con su hijo Ilia, decidieron quedarse a vivir en México.

Al igual que otras familias rusas de la organización religiosa Testigos de Jehová, su prioridad era conservar a los hijos, por lo que primero salieron de Rusia, pasaron por Ucrania, antes de la guerra, y se establecieron Transnistria, una región en disputa al sureste de Ucrania, que ahora está bajo ocupación policial rusa.

Allí, un día los Proskurin tuvieron que dejar todo atrás y en menos de tres horas iniciaron su propio éxodo.

Con 200 dólares en la bolsa, un auto y un par de maletas, huyeron de Transnistria luego de enterarse de que serían objeto de redadas policiales.

El niño Ilia dejó atrás amigos y sus juguetes, algo por lo que confesó que aún llora en ocasiones.

Se les cae la venda de los ojos

Su padre Leonid es de oficio plomero, y en Tijuana ha comenzado a obtener herramientas para poder trabajar con la ayuda de sus hermanos.

“Claro que primero pensábamos ir a Estados Unidos, porque para ser franco, en Rusia la imagen que se tiene sobre México es distorsionada.

“Así que al llegar a México y vivir en México por un mes fue como si se nos cayera la venda de los ojos”, explicó Leonid sobre su decisión de quedarse en la ciudad.

“Primero nos enamoramos de la gente. Vimos que la gente tiene cero prejuicios. El trato que recibimos y el trato a los niños. Comenzamos a ver dónde realmente podríamos vivir dignamente. Educar bien a nuestro hijo.

Primero nos enamoramos de la gente. Vimos que la gente tiene cero prejuicios. El trato que recibimos y el trato a los niños”

La primera familia

La vida para los Proskurin, la primera familia rusa de Testigos que decide vivir en México, ha iniciado con el pie derecho.

Actualmente tramitan su ciudadanía mexicana, y viven en una casa prestada por una familia mientras encuentran un hogar.

Para ello, el Comité de Socorro les ayudará con los primeros meses de renta de su nuevo hogar y ha recaudado desde ropa y herramientas, hasta juguetes para Ilia, quien ya asiste a la escuela primaria.

Para Elena, quien pese a no hablar español ya tiene amigas, el trato recibido ha sido bueno.

“Aplicamos para el asilo (en México) y nos respondieron sin más, así de simple. Tenemos ayuda médica y ayuda para nuestro hijo. Tenemos toda la ayuda necesaria que necesita un ser humano humanitariamente hablando. Nos sentimos muy bien aquí y queremos estar aquí”, detalló.

Con relación de los 200 dólares que llevaban consigo, 100 los utilizaron para comprar gasolina y poder huir. Pero en su camino sucedió algo que marcó especialmente al joven Ilian.

“Nosotros somos gente pobre, no tenemos dinero. Y explotó la batería del carro. El seguro del carro pagó todo y así nos ayudó a reparar el carro y tener el dinero exacto para poder comprar los boletos”, recordó.

Su decisión de establecerse en México ha sido recibida con emoción por sus hermanos, quienes se han desbordado en atenciones y regalos para la nueva familia.

Cultivar la humildad

Sin saber español y en un país extraño, los rusos que llegan a Tijuana suelen encontrar en Mijail “Miguel” Stoma un guía para conocer su nuevo hogar temporal.

Mijail llegó a los 17 años a México, y vive en Tijuana desde 1999. Casado con una mexicana y con un hijo pequeño, él funge como traductor para la mayoría de los rusos.

“Traen mucha información negativa pero no necesariamente lo es. Por eso trato de calmarlos”, contó.

Pero en general, sus paisanos suelen adaptarse con facilidad al clima y la comida mexicanos.

“Disfruten de estar aquí. Tienen todas las comodidades”, suele decirles.

“Déjense querer en cuanto a la comida. En cuanto a la vitamina T: Tacos, tortillas, tortas”, les explica.

En su función de traductor, Mijail coincide con Anton, de 37 años y soltero, que dejó Rusia para evitar ser reclutado como reservista en el ejército ruso para la guerra en Ucrania, pese a que logró cambiar el servicio militar por el civil tras una disputa legal en 2010.

A Anton lo esperan su hermana y cuñado en Nueva York, Estados Unidos.

De acuerdo proyecto, allí, quiere encontrar también la ayuda de los Testigos de Jehová.

“A pesar de las situaciones a las que me he enfrentado siempre he sentido el apoyo de mis hermanos espirituales, ahí están siempre al pendiente.

“Jehová está al tanto y me ayudará. Al final se hará lo que él decida. En este momento es la oportunidad para seguir puliendo la paciencia y la humildad”, dijo.

El flujo de rusos

De acuerdo a información del Instituto Nacional de Migración, durante los primeros diez meses del año ingresaron al país 66 mil 778 personas originarias de Rusia.

Con relación de los migrantes rusos que tramitaron una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias ante las autoridades mexicanas, han sido 146.

En el caso de Tijuana, existen registrados 6 migrantes rusos en esa condición, detallan las cifras oficiales.

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