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The Marvels. Dir. Nia Da Costa

Le ha tomado quince años y treinta tres películas a Marvel para presentar, la adecuadamente titulada, The Marvels, que destila a la perfección la esencia de los comics, plasmándola en cine

Le ha tomado quince años y treinta tres películas a Marvel para presentar, la adecuadamente titulada, The Marvels, que destila a la perfección la esencia de los comics, plasmándola en cine. Iniciando con un prólogo animado que representa los fan comics de Kamala Khan/Ms. Marvel, Nia Da Costa transmite una genuina sensación de amor por el medio, encarnada magníficamente en pantalla por Iman Vellani (Kamala).

Con una secuencia en media res, que es continuación directa de la serie Ms. Marvel, la cinta arranca y se vuelve imparable de principio a fin. No da tiempo ni de respirar, manteniéndose entretenida en todo momento. A pesar de tener vínculos con series y películas anteriores, Da Costa se da a la tarea de presentar la exposición necesaria de manera veloz (apoyándose incluso en lo absurdo que esto resulta), para que todo el que ignore lo sucedido anteriormente, pueda disfrutar la historia sin problema. De cualquier forma, nada de lo que acontece tiene sentido, y precisamente así, es perfecto.

The Marvels es una verdadera película de comic, con todo lo bueno y lo malo que eso implica, aprovechando los recursos narrativos del medio, aceptando y adorando la ridiculez del género súper heroico, y utilizándolo todo en su beneficio.

Lo que logra Da Costa es capturar la sensación de ser un niño en los ochenta y leer una historieta al azar, sin contexto ni conocimiento previo, únicamente disfrutando la experiencia al máximo. Su dirección es de las mejores de cualquier película de Marvel (junto a Gunn y Raimi), y es una placentera sorpresa observar que una directora de color, supera las secuencias de acción de decenas de directores blancos que han pasado antes que ella.

La coreografía, los movimientos de cámara, la edición, todos los aspectos son superiores a la mediocridad que la antecede en la franquicia, Endgame (enaltecida por el fan service que reúne a todos los personajes) incluida.

La devoción por el género de parte de Da Costa y sus coguionistas es palpable y se agradece. Sus guiños se extienden también a la ciencia ficción, con referencias claras a Star Trek clásico (Tribbles) e incluso a la comedia demencial de Mel Brooks (Spaceballs). El aspecto delirante y encantador de esta cinta logra caminar una delgada línea sin tambalearse, incluso con una secuencia musical de princesa Disney.

El elemento femenino, gracias a sus autoras, fluye con naturalidad. La sororidad y química entre Carol/Cap (Brie Larson), Monica Rambeau (Teyohna Paris) y Kamala es adorable, cada una representando un aspecto distinto y creando vínculos de amistad, familia, admiración y respeto.

El guión aporta el crecimiento necesario a los personajes. La previamente invencible e inmutable Carol comete errores con consecuencias cósmicas y debe asumir la responsabilidad de sus actos para poder corregirlos. Adicionalmente, se rosan temas de actualidad como la catástrofe climática y, casualmente, el desplazamiento poblacional a consecuencia de la guerra.

Es obvio lo repetitivo que pueden ser estás cintas, sin embargo, la reacción ante algo distinto demuestra que los fanboys, que las consumen, sólo quieren más de lo mismo. ¿Mujeres inteligentes y poderosas? Fuchi.

Quizá el único error de cálculo fue cambiar el género y color de piel a la antagonista, en el comic se trata de un hombre blanco, como suelen ser la mayoría de villanos en realidad. Es una lástima que The Marvels haya llegado demasiado tarde a las pantallas. La “fatiga desuperhéroes”, la huelga de actores (que evitó su promoción) y los machines incels, bombardeando la película con odio, se conjugaron, afectando su recepción.

Quienes aún lo dudan, háganse un favor, vayan con las niñas y adolescentes en su vida. No se arrepentirán. Más alto, más lejos, más rápido. Absolutamente.

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