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Festival Internacional de Cine de Locarno 2023

Como todos los años, desde 1946, en agosto, la tranquila ciudad de Locarno, Suiza, cobra vida para celebrar al cine, recibiendo en esta ocasión a más de setenta y cinco mil asistentes, del 2 al 12 de agosto.

Como todos los años, desde 1946, en agosto, la tranquila ciudad de Locarno, Suiza, cobra vida para celebrar al cine, recibiendo en esta ocasión a más de setenta y cinco mil asistentes, del 2 al 12 de agosto.

El festival de cine de Locarno es reconocido como uno de los más importantes del mundo, enfocándose en promover cine de arte vanguardista, seleccionando a creadores de relevancia que quizá no son tan populares en otros festivales.

En años recientes, bajo la dirección de Marco Solari, el festival ha mostrado una creciente apertura ante el cine de género y de culto. Este año la retrospectiva fue protagonizada por una mirada al cine mexicano que pasó desde Ninón Sevilla hasta el
Santo.

Viviana García Besn, heredera, restauradora y protectora del catálogo de cinematográfica Calderón, que incluye títulos que van desde Cantinflas hasta el cine de ficheras, fue una de las principales integrantes de la delegación mexicana, presentando varias de las cintas en versiones restauradas ante la cálida recepción del público internacional.

En entrevista, Viviana habló de la importancia que ha tenido el festival para continuar la labor de rescate y promoción del catálogo, así como del valor que tienen para ella las películas de luchadores y de ficheras como parte de la historia del cine mexicano.

Los dos premios más importantes de este año fueron para cintas que presentaron realidades difíciles en sus países de origen, ambas desarrollándose, casi en su totalidad, desde el interior de autos en constante movimiento por sus respectivas ciudades.

El pardo de oro fue para Zona de Crisis, del director Ali Ahmadzadeh, quien no pudo asistir al festival debido a que las autoridades iraníes no le permitieron salir de su país.

Su película exhibe un Teherán visto desde la mirada de un traficante de droga que funciona más como un terapeuta y doctor para todos sus clientes. A través de sus encuentros nocturnos, siempre viajando en su auto como una especie de ambulancia, se visualiza una ciudad donde no existe la vida social, ni urbana, no es una ciudad donde se puede salir a conocer gente. La única opción es transportarse dentro de un auto, como lugar seguro.

No esperes mucho del fin del mundo, del reconocido director rumano Radu Jude (receptor del Oso de Berlín 2022), recibió el premio especial del jurado. Su cinta es una sátira que utiliza todo tipo de recursos, incluyendo livestreaming y tiktok, para presentar sus quejas sobre el estado actual de Rumania, y del capitalismo en general, a través de la mirada de una asistente de producción que pasa sus días manejando de un punto a otro de Bucarest, realizando tiktoks en cada oportunidad.

El festival concluyó este año con la proyección sorpresa de un anticipada obra monumental de la historia del cine. Ciudadano Kane de Orson Welles cerró el evento ante los ocho mil espectadores que se reunieron al aire libre en la Piazza Grande para celebrar de nueva cuenta al séptimo arte.

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