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La mejor política anticíclica

En estos momentos de emergencia sanitaria la mejor política económica anticíclica (o contracíclica) no necesariamente es la fiscal ola monetaria...

En estos momentos de emergencia sanitaria la mejor política económica anticíclica (o contracíclica) no necesariamente es la fiscal ola monetaria, si no más bien la que tiene que ver con la liberación de la actividad productiva.

Históricamente la Ciencia Económica expone a los gobiernos el manejo de dos grandes instrumentos de política económica para frenar o suavizar los ciclos económicos que se caracterizan por periodos alcistas y recesivos.

La política fiscal (Secretaría de Hacienda) y la política monetaria (Banco de México) son las herramientas por excelencia que puede activar y maniobrar el Gobierno federal para aminorar los efectos dañinos de los ciclos.

Cuando la recesión acecha, es recomendable el lado expansivo de ambas políticas y, cuando la bonanza tiende a desbocarse, la solución vienen siendo políticas restrictivas que le bajen presión al sobrecalentamiento de la economía.

Sin embargo, en esta coyuntura del coronavirus, cuando el gran porcentaje de la planta productiva está cerrada, ¿serán realmente efectivas las políticas expansivas fiscal y monetaria?

La respuesta es no. Ambos instrumentos de política económica pueden ser las mejores medicinas contra la recesión siempre y cuando el sector productivo esté operando.

Hoy por hoy la pandemia del Covid-19 ha forzado el freno de gran parte de la industria en México, por lo que la política económica tiene poco que hacer en este inédito escenario, además de que el Gobierno de López Obrador no tiene ni las ganas ni las intensiones de apoyar al sector empresarial, se quejan amargamente los del CCE.

Debe subrayarse entonces que tanto la política fiscal, como la monetaria, pueden hacer milagros anticíclicos cuando maniobran sobre un territorio con empresas en marcha; en caso contrario, su presencia patina en el vacío.

Urge por tanto que en México se reabra la actividad productiva (con las precauciones sanitarias correspondientes) y que inmediatamente después, entre en acción una política económica expansiva fuertemente respaldada con recursos públicos para minimizar el mega-descalabro que se avecina.

REACTIVACIÓN EN PUERTA

Ayer a mediodía la gobernadora Claudia Pavlovich se reunió con el sector empresarial sonorense, el sector académico y con los expertos en la elaboración de modelos matemáticos y econométricos que tienen la tarea de descifrar la pandemia.

Acompañada de sus principales colaboradores, la mandataria estatal revisó con mayor detalle la ruta de la reactivación económica en el Estado.

Esta misma semana habría otra reunión para afinar aún más el plan de reapertura empresarial de acuerdo a criterios de esencialidad e impacto en el empleo.

En la presión por la reapertura económica sonorense juega un papel relevante la industria estadounidense por lo que desde ya algunas proveedoras locales del ramo automotriz y aeroespacial han empezado a calentar motores. Es un hecho que la planta Ford Hermosillo reabre actividades el próximo lunes.

Con la economía sonorense redinamizándose, el efecto de la pandemia habrá de ser considerablemente menor que a nivel País.

Y por las rápidas y efectivas acciones del Estado de Sonora contra el coronavirus y la salud empresarial, la Gobernadora Pavlovich resulta ser la mejor calificada entre los mandatarios estatales priistas.

En el País hay once gobernadores tricolores y la sonorense aparece en el primer lugar de acuerdo a encuesta nacional de Investigaciones Digitales. En el penúltimo y último sitio de la tabla tricolor figuran los gobernadores de Oaxaca y el Estado de México, Alejandro Murat y Alfredo del Mazo, respectivamente.

ILUSIONISTA POLÍTICO

El Presidente mexicano sigue sorprendiendo a propios y extraños cuando quiere ilustrar al gran público sobre su “novedosa lógica económica”.

Como buen ilusionista político, el tabasqueño se esmera en hacer magia contra una realidad económica que lo contradice notoriamente.

Ahora resulta que para alcanzar el desarrollo en México no es necesario crecer económicamente, que para medir el bienestar no se requiere el gran indicador del PIB y que lo espiritual debe sustituir a lo material.

De ser ciertas todas estas redefiniciones, queda en evidencia que los países del primer mundo tomaron la ruta larga para alcanzar el desarrollo, puesto que antes se enfocaron en el crecimiento económico, también se pulieron en el cálculo del PIB sin valorar a priori el bienestar y han trabajado décadas en fortalecerse más en lo material que en lo divino.

Curiosamente los países más poderosos del planeta se han hecho grandes a pesar de caminar en contra de la renovada “nomenclatura económica” lópezobradorista.

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