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Son la base de la agroindustria

Los centros de investigación agrícola en México son necesarias para enfrentar los desafíos de evolucionar para aumentar su competitividad y rentabilidad para adecuarse a los cambios económicos.

Los centros de investigación agrícola en México son necesarias para enfrentar los desafíos de evolucionar para aumentar su competitividad y rentabilidad para adecuarse a los cambios económicos.

Las actividades agropecuarias en México tienen actualmente el desafío de evolucionar para ser más competitivas y eficientes, acordes a los cambios de la economía, la política y la sociedad, en los escenarios de mediano y largo plazo.

Ahí reside la razón de ser del Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (Pieaes), ubicado en el Valle del Yaqui, cuyo modelo es único en el país y ha servido como base para el desarrollo y validación de nuevas variedades de cultivos.

En un mundo donde los mercados son cada vez más especializados, la tecnología es un componente vital para alcanzar el nivel de competencia global, por lo que se requiere consolidar y fortalecer rutas críticas de investigación.

El Pieaes funciona gracias a la colaboración de cientos de productores agrícolas sonorenses, cuyas aportaciones de recursos destinados a la investigación y experimentación logran adecuar las tecnologías de vanguardia y transferirlas al sector productivo.

Un organismo sólido

Jesús Larraguibel Artola, presidente del Pieaes, destacó que desde 1964, año en que se constituyó esta organización, se ha consolidado como la base de la investigación agrícola no solo en Sonora, sino en todo el país.

“El Pieaes es un modelo único, único en México definitivamente, pero incluso en el mundo, en el sentido de que en el Patronato somos un consejo de agricultores que tenemos la responsabilidad de administrar los recursos autogenerados”, detalló.

Estos recursos, siguió, entran por la venta de semillas registradas y de las cuotas de los productores para el impulso de la investigación agrícola.

Agregó que el modelo del Patronato lo han tratado de replicar en otras partes del mundo, en algunas zonas con éxito por lo que representa un honor, en especial para los productores sonorenses, al obtener ese reconocimiento.

Principales aportaciones

De las contribuciones primordiales del Pieaes resaltan las mejoras en los rendimientos de las distintas variedades de trigos, mencionó Larraguibel Artola, que formaron parte de la conocida como la “Revolución Verde” que encabezó Norman Borlaug.

“Al final de cuentas en el Valle del Yaqui fue la cuna de la Revolución Verde y la investigación se refleja más en variedades nuevas de trigo que se han venido generando a través de los años para ir mejorando la eficiencia y el tonelaje de la producción, principalmente de trigo”, manifestó.

A través de los años, mencionó, se han liberado más de 60 variedades mejoradas en trabajo colaborativo entre el Campo Experimental Norman E. Borlaug (Ceneb), el Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).

Explicó que los nuevos trigos han permitido incrementar los rendimientos en Sonora de 2.8 toneladas en promedio en 1963, hasta 6.5 toneladas por hectárea en 2019.

La investigación apoyada por el Patronato, dijo, ha permitido definir sistemas sostenibles de producción para otros cultivos como el algodón, cártamo, soya, ajonjolí, sorgo, maíz, frijol, hortalizas y frutales como la vid y los cítricos.

Más proyectos

El presidente del Pieaes comentó que la principal fuente de ingresos del Patronato la constituyen las aportaciones de los productores, que consisten en cuotas voluntarias por hectárea de los distintos cultivos que se producen en las regiones agrícolas de Sonora.

Pero también obtienen recursos de la venta de semilla registrada y certificada, convenios de colaboración con instituciones de investigación y empresas públicas y privadas, además de las donaciones de fundaciones interesadas en el desarrollo agrícola regional.

Actualmente, comentó, sólo con el Inifap están corriendo 10 proyectos financiados por el Pieaes, pero también se le otorga apoyo a organismos como el Cimmyt, el Instituto Tecnológico del Valle del Yaqui (ITVY) y al Instituto Tecnológico de Sonora (Itson).

“Estamos tratando de ampliar los apoyos que damos para proyectos de investigación y definitivamente al Inifap es al que más apoyamos en proyectos, hay gente de mucha experiencia y muy dedicadas a su profesión”, citó.

En datos

1943 es el año en que se crea la Oficina de Estudios Especiales por el Programa Cooperativo de la Fundación Rockefeller y la Secretaría de Agricultura y Ganadería.

1964 se crea el Pieaes, un mecanismo de apoyo permanente y sistemático a la agricultura.

60 variedades de trigo mejoradas se han validado y liberado desde su creación.

2.8 toneladas de trigo era el rendimiento promedio por hectárea en 1963.

6.5 toneladas por hectárea de trigo fue el rendimiento promedio en 2019.

40 variedades han sido validadas y liberadas de cultivos como soya, maíz, algodonero, ajonjolí, cártamo y garbanzo.

Fuente:

Pieaes

FRASE

“Yo veo el futuro de la investigación muy alentador, nos tocó un proceso de transición muy difícil donde se empezaron a escasear las fuentes de recursos y debimos hacer una reestructuración, pero estamos en buen camino y con la visión bien clara hacia el futuro”.

Jesús Larraguibel Artola.

Presidente del Patronato de Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (Pieaes).

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