Durazo rumbo al 2024

En tiempo y forma fue aprobado el paquete fiscal del Estado para 2024, de modo que ya es un hecho que el Gobierno del Estado ejercerá para ese ejercicio poco más de 82 mil millones de pesos, porque como era previsible pasó en comisiones y en el pleno sin la menor dificultad.

El gobernador Alfonso Durazo tiene una cómoda mayoría absoluta en el Congreso del Estado, no necesita negociar nada con el Partido Acción Nacional ni con Movimiento Ciudadano, que finalmente votaron en contra del dictamen.

Se alega que el presupuesto contempla deuda y algunos incrementos, aunque en honor a la verdad todos los presupuestos de todos los gobiernos anteriores tenían las mismas características.

En fin, que con lo innecesarios que eran los votos azules y naranjas, al menos podían darse el lujo de votar en contra y dar posicionamientos políticos para explicarlo, tal como lo hicieron.

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Cerro de la campana

Ahora, se vota un presupuesto para año electoral, lo que en otros momentos estaría sujeto a fuertes debates, duros cuestionamientos, señalamientos públicos y hasta filtraciones.

Pero nada de eso sucedió: Fue aprobado prácticamente en los términos en que lo mandó el Gobernador, salvo la modificación gestionada por el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque, quien dijo desde el principio que era muy poquito lo que les iba a tocar.

Creo que si de verdad se hubiese querido modificar de fondo el documento, lo habrían cuestionado desde que lo recibieron y no a la hora de votarlo.

Durazo lo único que hizo es lo que todos sus antecesores han hecho y lo que cualquier gobernante de cualquier partido hace: Aprovechar su cómoda mayoría parlamentaria para conseguir un presupuesto lo más acomodado posible a su proyecto de Gobierno.

Mire, al menos al cierre de año los operadores del Gobernador parecen estar dándole la vuelta a la agenda y logran instalar en el colectivo la narrativa de que la economía del estado está creciendo a niveles inéditos.

Hay un presupuesto tal y como lo quiere el mandatario.

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Predecir el futuro

Morena sigue encabezando las encuestas, casi con el candidato que sea en muchos municipios y en la Presidencia de la República.

Eso le permite a Durazo un desahogado cierre de año (en esos aspectos) para planear el arranque del otro y tener tiempo para resolver algunos problemillas que hay en casa.

Como por ejemplo los jaloneos por la elección interna de la fórmula al Senado, que tantito más que se descuide y entre Claudia (con Heriberto Aguilar) y Andrés Manuel (con Jorge Taddei), lo dejan fuera de las decisiones.

Hay fuertes patadas debajo de la mesa morenista en Sonora, es ese fenómeno que sucede siempre en los partidos cuando están en el poder y se ven con tantas posibilidades de ganar.

En parte le toca al Gobernador, en calidad de jefe político en el Estado, poner en paz las novilleras ansias de mujeres y hombres que desean una candidatura.

Pero además golpear la mesa de vez en cuando para que quienes se sienten tocados por la mano de Claudia y Andrés Manuel, no se le alebresten y se lo quieran brincar, como ya lo intentaron hace algunas semanas.

Es un asunto de formas y en este caso me parece que el Gobernador tiene razón. Dada su formación política desde su origen, él entiende muy bien de formas, de fondos, de usos y costumbres.

Pero hay varios en ese establo que todavía están broncos, creen que se pueden ir por la libre, pero no es así.

El PRI no duró tantos años en el poder nomás con fraudes, había también una disciplina, una formación, una filosofía que a sus militantes los hacía poner por encima de sus intereses a un proyecto de País.

Ya si luego se les llenó de vicios ese proyecto, es otra cosa.

Durazo lo entiende y en este momento tiene la autoridad suficiente para imponerse. Puede y debe hacerlo.

Sergio Valle, periodista.