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¿Todo el poder al Ejército?

El decreto o el “acuerdo” del presidente Andrés Manuel López Obrador para que la Guardia Nacional sea adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El decreto o el “acuerdo” del presidente Andrés Manuel López Obrador para que la Guardia Nacional sea adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), confirma y refuerza lo que ha venido haciendo López Obrador desde el inicio de su gobierno: entregarles todo el poder a las fuerzas armadas. El tema está ahí, pero nadie lo aborda así.

En la mañanera del martes, un día después de haber anunciado lo anterior, López Obrador amplió o expresó de otra forma esta decisión. Dijo brevemente que lo hacía porque es una vía para que la Guardia Nacional (GN) no se corrompa. Entre muchas contradicciones, como suele ocurrir con frecuencia en los discursos de AMLO, dijo que la GN va a seguir siendo una “rama” civil, pero dependiente del Ejército (sic).

El tema se aborda por lo general por “encimita”, se pierde en terminajos técnicos o formales por los expertos, se habla mucho de si es legal o no, o si es correcto que la GN esté bajo control de los militares, etcétera, pero la comentocracia y los analistas no van al fondo del asunto, quizás por simple ignorancia o temor, o por ambas cosas. Volveré sobre este tema después.

Mi perspectiva es la siguiente. El Ejército es la única institución en la que confía López Obrador y cree que es la única que puede jugar un papel de “dique” ante las posibles embestidas de los grupos “conservadores” si Morena perdiera la presidencia en la próxima elección presidencial o en las siguientes.

AMLO dice una y otra vez, como parte del estribillo populista, que su gobierno es del pueblo y se sostiene en el pueblo. Que el pueblo es su fortaleza y que el Ejército forma parte del pueblo, pero en realidad en quien confía es en el Ejército. Lo ha venido diciendo pero se ha tomado como un aspecto retórico, sin darle mayor significado.

Todo esto diluye el significado real del proceso de militarización que lleva a cabo López Obrador. Oculta la realidad porque hace ver que no le está entregando el poder a las fuerzas armadas, sino a una institución que si bien es militar, es parte también del pueblo o es el “pueblo uniformado”, como suele decir.

Así, al Ejército le entrega la construcción del Aeropuerto de la CDMX, el Tren Maya y varias obras de infraestructura, las aduanas y puertos del país, pero también le entrega la seguridad pública, a lo que se oponía antes, jugando con los nombres o las definiciones, pero en realidad lo que ha venido haciendo es entregar “todo” a las fuerzas armadas.

Es como fraguar un golpe de Estado, pero por la vía pacífica, de manera silenciosa, presentado como un proceso de pacificación y garantía de continuidad.

Para apuntalar o asentarlo entre la población, AMLO recurre a un truco mediático y político con amplio impacto entre sus seguidores y simpatizantes. En una gráfica elaborada por el Inegi muestra los altos porcentajes de confianza que tiene la población hacia la Marina y el Ejército. Es lo que opina el pueblo y no las élites, dice. “Yo tengo que hacerle caso al pueblo, mandar obedeciendo”.

¿Por qué hace esto AMLO? ¿Por qué un gobierno que se dice progresista o se asume de izquierda le entrega el poder a las fuerzas armadas del país?

Lo hace, en mi hipótesis, porque en la perspectiva de AMLO es preferible que el poder real del país lo tenga el Ejército y no los conservadores, representados ya sea por el PRI o por el PAN. Si estas fuerzas regresaran algún día al poder y ganaran la presidencia, el único que puede oponerse o constituir un dique a sus proyectos, es el Ejército.

Además de preparar las condiciones para ganar la presidencia, López Obrador quiere que no queden cabos sueltos como el de la GN, y sean las fuerzas armadas las que vayan tomando posesión y haciéndose cargo de la seguridad nacional.

En el fondo, lo que le preocupa es que a estas alturas del sexenio todo lo alcanzado es muy frágil, y que todo se lo puede llevar el viento en cualquier tempestad. Pero también que Morena y el pueblo no sabrán responder sin el liderazgo de AMLO. Que su gobierno puede quedar como un simple accidente de la historia y no como un hecho trascendental.

López Obrador desea que lo logrado en este gobierno, por más poco que sea, se conserve y sea preservado. Pero sabe que no puede confiar en Morena, o en un presidente de este partido, o en el pueblo bueno y sabio. Sólo confía en el Ejército para que los logros de su gobierno “perduren”.

No quiere entender que al hacer todo esto le está abriendo la puerta a una confrontación permanente y a una creencia que es contraria a la democracia: ningún orden social o político puede estar soportado en la fuerza militar o de cualquier otro tipo. Lo que hace el presidente es sentar las bases de una dictadura.

*El autor es analista político

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