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Mosqueados

Por tantos dimes y diretes, en los que estamos enredados los mexicanos, vivimos en medio de una constante desconfianza que seguido se convierte en encabritamiento.

Por tantos dimes y diretes, en los que estamos enredados los mexicanos, vivimos en medio de una constante desconfianza que seguido se convierte en encabritamiento. Mucho de lo que “oficialmente se comunica” es exagerado, impreciso, parcial o de plano engañoso. Lo que provoca, como mínimo, molesta desazón que nos mantiene mosqueados.

Desde sucesos magnificados, como por ejemplo que El Chicharito no haya querido autografiar una bandera de México y, por haberla tirado al piso, “lo quieran pasar por las armas como traidor a la patria” es una soberana mamarrachada.

Aunque, otros temas si son en verdad muy preocupantes, como que el mandamás de este país se pase la ley por el arco del triunfo y mande desestimar amparos perfectamente fundamentados para salirse con la suya y continuar la construcción el tramo 5 del Tren Maya; destruyendo la flora, la fauna y poniendo en riesgo invaluables riquezas naturales y culturales que se encuentran en el subsuelo maya: ¡Lo que no tiene nombre! Bueno sí lo tiene; pero me abstengo por si hay menores leyendo esto.

Por ello, grupos de ambientalistas y ecologistas, bajo la consigna “Selvame del tren”, pidieron que se detuviera la construcción del Tren Maya y, ante la cerrazón de las autoridades; no les quedó de otra que tramitar una serie de amparos. Un juez les dio la razón y ordenó la suspensión inmediata de las obras: pero otro, progobiernista, los desestimó para seguir arrasando la selva con trascabos sin medida ni clemencia bajo la supervisión del ejército y la ejecución de los magnates de ICA y de CARSO.

Se dice -y no es difícil de creer- que poderosos intereses económicos se impusieron para tirar las vías del tren a través de dicho paraíso natural y cultural, para dejarlo a modode escenografía en beneficio de hoteleros y desarrolladores turísticos, tanto nacionales como extranjeros. ¿Será semejante ecocidio?

LA PALABRA DE HOY: MOSQUEADOS

No sé si a usted le molesta tanto como a mí que las moscas le revoloteen por la cabeza y peor si se posan sobre sus alimentos. Yo las ahuyento y combato con matamoscas en mano.

El verbo mosquear que significa “ahuyentar las moscas”, también en forma coloquial expresa desconfianza, enojo y molestia. Así, mosqueado es estar inconforme y alterado.

DE MI LIBRERO: EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

Del escritor inglés, William Golding, “El señor de las moscas” es una novela de ciencia ficción cuyo título alude a Belcebú (el diablo), trama que explora el choque entre la civilización humana y la barbarie narrando la pérdida de la inocencia infantil…

En plena guerra, un avión que transporta niños y jovencitos de un colegio militar cae al mar a causa de una fuerte tormenta. El piloto, que es el único adulto del grupo, al poco tiempo muere. A partir de ese momento, los pequeños tienen que sobrevivir habiendo llegado en una balsa a una isla desierta…

Confrontación, discriminación, lucha de poder, falsas esperanzas, engaños y zozobra mantiene al grupo alerta y permanentemente mosqueado.

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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