MÉXICO.- En el amplio ámbito de la oftalmología, destaca una condición cuya presencia, aunque discreta, captura la atención de especialistas y pacientes por igual. Nos referimos a la hialosis asteroide, también conocida como enfermedad de Benson, un fenómeno ocular benigno que despierta curiosidad e interés.

La hialosis asteroide es un proceso degenerativo del globo ocular caracterizado por la aparición de pequeñas opacidades blanquecinas o amarillentas en el humor vítreo. Estas partículas, compuestas de calcio y lípidos, se asemejan a diminutos asteroides suspendidos en el cosmos del ojo, de ahí su denominación.

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¿Esta condición daña la vista?

Por lo general, la hialosis asteroide es unilateral y suele descubrirse incidentalmente durante exámenes oftalmológicos de rutina, ya que típicamente no causa síntomas perceptibles. Aunque no compromete significativamente la visión, puede dificultar la evaluación del fondo de ojo, lo cual puede obstaculizar el diagnóstico de otras patologías oculares.

La incidencia de la hialosis asteroide es relativamente baja en la población general, incrementándose notablemente en individuos mayores de 60 años. Aunque su causa exacta no está completamente definida, se ha vinculado con condiciones como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia.

Para su diagnóstico, se utiliza un retinógrafo que permite una observación precisa del fondo de ojo, identificando las características partículas con claridad. En cuanto al tratamiento, dado que la hialosis asteroide rara vez afecta la agudeza visual, el manejo se centra principalmente en el seguimiento regular y control, sin necesidad de intervención terapéutica.

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