La marca Crayola: El fascinante origen de un nombre icónico

MÉXICO.- La marca Crayola, reconocida mundialmente por sus productos de arte y manualidades, tiene un origen lingüístico interesante que muchos desconocen.

El nombre Crayola es una combinación de las palabras francesas “craie” (tiza) y “oléagineux” (aceitoso), lo que se traduce como “tiza aceitosa”.

Esta combinación no es accidental. Crayola fue fundada en 1885 por Edwin Binney y C. Harold Smith, quienes inicialmente se enfocaron en la producción de pigmentos industriales.

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En 1903, decidieron aventurarse en el mercado de los crayones, creando un producto seguro y accesible para niños.

La innovadora mezcla de cera y pigmentos permitió que los crayones se deslizaran suavemente sobre el papel, de ahí el término “tiza aceitosa”.

La elección del nombre refleja el compromiso de la compañía con la calidad y la innovación. Al integrar palabras que describen precisamente la naturaleza de su producto, Crayola no solo capturó la esencia de sus crayones, sino que también estableció una marca que se convertiría en sinónimo de creatividad y educación.

El impacto de Crayola ha sido significativo en el ámbito educativo y artístico. Sus productos son utilizados en aulas y hogares de todo el mundo, ayudando a los niños a desarrollar habilidades motoras y fomentar su imaginación.

Además, Crayola ha expandido su línea para incluir una amplia gama de productos, desde marcadores lavables hasta kits de manualidades, manteniéndose a la vanguardia de la innovación en materiales artísticos.

En 2008, Crayola celebró su 100 aniversario, reafirmando su compromiso con la educación y la creatividad.

La empresa sigue siendo un líder en el mercado de suministros artísticos, y su nombre, que une la tradición con la modernidad, sigue siendo un testimonio de su dedicación a la calidad y a la creatividad infantil.

El nombre Crayola no es solo una marca, sino una fusión de palabras que capturan la esencia de su producto principal: crayones que combinan la solidez de la tiza con la suavidad de una textura aceitosa, proporcionando una experiencia artística inigualable para generaciones de niños y adultos por igual.