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Obras inconclusas: Insignia priista

La carretera Cuatro Carriles. Inaugurada oficialmente en diciembre de 2018 por el ex presidente Enrique Peña Nieto, presenta a la fecha dos tramos inconclusos.

La aprobación de Enrique Peña Nieto cayó hasta un 15% en sus días más oscuros. Fue un sexenio vilipendiado por la corrupción de altos funcionarios, por los gasolinazos y por las reformas patrimonialistas del Estado -iniciativas votadas y defendidas por Ernesto Gándara desde el Senado y luego desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI.

Pero hubo otra insignia del sexenio anterior que apenas vamos dimensionando: El abandono de obra pública. Cientos de hospitales, carreteras, puertos y trenes quedaron inconclusos y hasta la fecha siguen en las sombras. La práctica recurrente parece haber sido mimetizada por los gobernadores. En Sonora, la actual administración está cayendo en los mismos vicios, demostrando incapacidad para destrabar nudos gordianos y cubrir con recursos estatales cualquier faltante. Tenemos al menos cuatro obras en retraso que probablemente tengan que ser rescatadas por el próximo Gobernador.

La cineteca estatal es sin duda el caso más opaco. Versiones extraoficiales apuntan a que la obra tendrá que ser demolida sin haber visto la luz. Hasta la fecha, el Gobierno estatal sigue sin esclarecer el destino de los más de 75 millones de pesos que rebasaron el presupuesto original de 45 millones y alimentaron un barril sin fondo.

La carretera Cuatro Carriles es otro ejemplo. Inaugurada oficialmente en diciembre de 2018 por el ex presidente Enrique Peña Nieto, presenta a la fecha dos tramos inconclusos: Uno de tres kilómetros en el punto «Curvas de Quijano» entre Ímuris y Nogales y otro de seis kilómetros en Vícam, según informó en noviembre el director del Centro SCT Sonora, Eduardo Pacheco Grajeda. La construcción también carga con sobrecostos.

El Home Port de Puerto Peñasco es otra obra que se ha intentado archivar de la discusión pública. El Gobierno estatal lo incluyó sistemáticamente en los presupuestos, jamás canalizando recursos complementarios o compartiendo el riesgo con la iniciativa privada. La construcción comenzó en el 2014 y fue abandonada con apenas un 25% de avance.

Un cuarto proyecto es el nuevo Hospital General. En la 17 Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, la gobernadora Pavlovich y el secretario de Salud José Narro anunciaron en aquel entonces (2017) que «se espera[ba] concluir el proyecto a fines del 2018 o principios del 2019, para lo cual se destinará inversión este año y el próximo». A estas alturas parece que ni en el 2021 quedará listo. Su retraso impidió la atención de miles de pacientes Covid-19 en tiempo y forma.

La incapacidad para ejecutar obras cumpliendo presupuestos y plazos se volvió insignia de los gobiernos priistas. En el anterior proceso electoral, el entonces candidato panista, Antonio Astiazarán, denunció corrupción en la construcción de la Cuatro Carriles. «Como tu senador me voy a asegurar que el que la hizo la pague, no me va a temblar la mano para denunciar que se sancione a las empresas y a los funcionarios responsables de este retraso», dijo en abril del 2018. ¿Seguirá pensando lo mismo ahora como aspirante a candidato del PRI-PAN?

¿Auditaría Ernesto Gándara, cabeza de la alianza PRI-PAN, las obras abandonadas por sus socios y padrinos políticos? Se desaconseja contener la respiración en la espera.

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