Después de pasar el “vía crucis”, ecuatoriana recibe asilo en EU
La mujer fue víctima de un ataque a migrantes en el municipio de El Sáric.
NOGALES.- Aún lesionada, en silla de ruedas, con lágrimas en los ojos y arrodillándose para dar gracias a Dios al cruzar la línea por la garita Dennis DeConcini; una mujer ecuatoriana recibió asilo político por parte de autoridades estadounidenses luego de ser víctima del ataque a migrantes en el municipio de El Sáric.
Esto sucedió la noche del pasado 15 de febrero, del año en curso, donde un niño y dos mujeres más fallecieron, además de quedar varios heridos, en el tramo carretero estatal 43 que conduce de la comunidad de Cerro Prieto a El Sáric cuando un grupo armado atacó a balazos una caravana de migrantes e incendió los vehículos que los transportaba.
En relación a esto, Guadalupe González Bucio, coordinadora de emergencias y atención a migrantes de la Cruz Roja Nogales, manifestó que dieron seguimiento a este caso a través del programa de restablecimiento y contacto entre familiares, además de ofrecer ayuda humanitaria a la población migrante. Narró que fue así como conoció a “María”, quien se aferraba a su amistad porque viajaba sola en la caravana y no tenía a nadie conocido en estas tierras. Después de recibir atención en Hermosillo por las graves lesiones sufridas y ser trasladada a Nogales, a la Casa de la Misericordia, desde donde se gestionó su solicitud de asilo a través de la aplicación CBP One.
Ella estaba constantemente triste y necesitaba desahogarse con alguien, lo cual hacía cuando le iban a hacer curaciones en el albergue para migrantes, ya que incluso al cruzar, todavía no sanaba del todo de sus heridas y le quedaban algunas esquirlas en sus piernas, indicó.
Ella recibió lesiones en la cara y varias partes de su cuerpo por heridas de bala, y me contó todas las cosas horribles que pasó desde que salió de Ecuador, cruzando por la selva El Darién (Panamá), Guatemala y llegando a México. Es un verdadero viacrucis el que ha pasado.”
“La verdad es que es algo muy fuerte. Cuando la dejamos a la entrada de la garita, todavía sentía miedo y hasta cuando cruzó se ‘desmoronó’ llorando y nos dio las gracias a todos por ayudarla. Fue algo muy conmovedor”, confió.
Otra de las cosas más tristes que le contó llorando “María”, apuntó, fue que cuando iban en la caravana, poco antes del ataque, se sentía muy ilusionada porque ya les faltaba poco para llegar al muro.
“Iba junto a una amiga, también de origen ecuatoriano que conoció en el trayecto e intercambiaban sus ilusiones de lo que iban a hacer llegando a Estados Unidos.
Desgraciadamente, su amiga recibió también varios balazos y murió abrazada de ella, comenzó a gritar desesperada pero ya no podía hacer nada, ella también estaba malherida y tenía mucho miedo. Fue algo muy dramático”, añadió.
Asimismo, apuntó González Bucio, como parte de la labor humanitaria a la que está comprometido el personal de la Cruz Roja, tienen la responsabilidad de brindarles acompañamiento en todos los sentidos a personas vulnerables en situación de movilidad, hasta que se sientan fuera de peligro.
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