Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

El Agua, sin ella nada

Hay un tema que ha salido a la luz como si fuera novedad, pero en realidad siempre ha estado presente aunque no con la debida atención que merece.

Hay un tema que ha salido a la luz como si fuera novedad, pero en realidad siempre ha estado presente aunque no con la debida atención que merece; me refiero al agua, su escasez y su importancia en muchos aspectos.

Siendo que tiene muchas aristas el líquido vital, quiero mencionar que a pesar de que el líquido es tan útil para los seres humanos y esencial para el sustento de la vida, frecuentemente es menospreciado, vendido excesivamente barato, o se regala, debido a la idea equivocada de que es relativamente abundante -tiene una utilidad marginal muy baja. Sin embargo, ante el cambio climático, las sequias que cada vez son más prolongadas y generalizadas, y su desperdicio, hay nos fijamos más en lo necesario que es tenerla prácticamente con sólo abrir una llave.

Más aún, a pesar de que el agua no se encuentra disponible en cuantía ilimitada (se rige por el principio de escasez), y por tanto, se trata de un bien que satisface una necesidad social. Vaya que si los sabemos aquí en Mexicali o en lugares desérticos como ha sucedido en buena parte del centro norte del país y ahora como una eminente crisis en el Valle de México.

De hecho, el problema de insuficiencia del vital líquido vital en el ámbito mundial es sumamente grave, y México no es la excepción, pues hoy en día disponemos de un volumen anual per cápita de metros cúbicos de agua que menos de la mitad de lo que poseíamos hace unos sesenta años, razón por la cual es necesario implementar medidas de corto y largo plazo para preservarla.

Por ejemplo, debemos considerar como sociedad y gobierno el establecimiento de un mercado de derechos de uso de agua, lo cual implica determinar un precio que refleje el grado de escasez del recurso y permita la recuperación total de los costos en que se incurre para suministrarlo, pues es esencial para lograr un correcto balance oferta-demanda. Venos que la demanda ya es mucho mayor que la oferta.

Es decir, transformar recursos en disponibilidades supone siempre un costo económico (y político me atrevo a decir) que alguien debe asumir, ya que en el mediano y largo plazos no podrá enfrentarse la difícil situación del agua si continúa considerándose que se encuentra disponible en cantidad ilimitada, y proveyéndose en forma casi gratuita.

Esto lo tiene ya en semáforo rojo la ciudad de México y su área metropolitana, al quedarse prácticamente vacío elabastecimiento del sistema Cutzamala; también sucede enNuevo León, y por varios años fue el caso de Chihuahua.

Para empezar debemos reconocer y tomar conciencia sobre varios puntos que influyen en la escases y que, haciendo un esfuerzo y venas políticas públicas puede restablecerse un buen uso. Uno es la tecnificación en la agricultura, acumular agua de lluvia en cas y escuelas, por ejemplo, hacer una buena reforestación para no afectar las cuencas y los ríos; inversión en revisión y reparación de redes de suministro para evitar derrames y evaporación del agua; modelos para reciclado y menor consumo.

Me llamó la atención escuchar recientemente que la industria nacional, en la que se encuentran las empresas IMMEX, consumen no más de 5 por ciento del agua; los grandes consumidores son el campo y la agroindustria; los primeros incluso la reciclan y reutilizan varias veces, la segunda -agro- prácticamente usa demasiada, no controla su evaporación y además la consume mal debido a las costumbres de riego.

*- El autor es Presidente Electo de Index Mexicali, periodo 2024 - 2025.