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Las diosas voluptuosas de Fernando Botero

¿Quieren conocer a una diosa de bronce oscuro sensualmente recostada en medio del desierto? Ella es voluptuosa, es suculenta.

¿Quieren conocer a una diosa de bronce oscuro sensualmente recostada en medio del desierto? Ella es voluptuosa, es suculenta. Ella es una de las musas del desaparecido artista colombiano Fernando Botero.

Ella es una antigua sirena de metal tomando el sol dentro del Jardín Botánico del Desierto en Phoenix. Botero la bautizó como "Mujer Recostada" en 2007. Una diosa bajo el implacable sol de Arizona. Es fácil pensar que pudo haber elegido otro nombre. Es más fácil pensar que vivió mucho antes del comienzo de Botero o de cualquier época ligada a la humanidad.

Durante meses, las personas que aman a Botero y sus creaciones trabajaron para traer su arte a Arizona. Nadie esperaba que Botero muriera antes de que se inaugurara la enorme exhibición en el jardín del desierto a principios de octubre.

Pero sus creaciones viven en la muestra artística "Fernando Botero: El Maestro" entre miles de especies de cactus, árboles y flores. Phoenix no está tan lejos de Mexicali, así que para los cachanillas sería una experiencia fenomenal tomar el carro y manejar poco más de tres horas para presenciar una de las exhibiciones del artista colombiano.

Las regordetas figuras de Botero revolucionaron el arte moderno al desafiar el volumen y el espacio. Si bien las representaciones rotundas y aparentemente no controvertidas de la vida cotidiana fueron
temas fuertes en la obra de Botero, él nunca rehuyó representar la política a través de un ojo creativo.

Una de sus pinturas más famosas, "La muerte de Pablo Escobar", encarna la violencia en el país al documentar la muerte del sanguinario narcotraficante. En la pintura de 1999, Escobar sostiene sus manos ante él mientras lo salpican a balazos en una azotea de Medellín.

Ahora sus creaciones llegan por primera vez al desierto de Arizona para quienes deseen aprender más sobre el icónico pintor. Su peculiar estilo, tanto en la pintura querúbica como en las esculturas volumétricas, llevó a Botero, quien nació en uno de los barrios más humildes de Medellín, a ser reconocido internacionalmente por su estilo característico conocido como“Boterismo”.

“Mi estilo proviene de la convicción deque la voluptuosidad de la forma es motivo de gozo. Y el arte debe dar placer”, dijo Botero en el año 2018 para una entrevista dela revista Vanity Fair.

Su muerte el 15 de septiembre provocó un luto mundial. Tenía 91 años. Murió en Mónaco, Europa.

Botero ya no está en este mundo. Su arte prevalece. En el jardín del desierto, la mujer de bronce reclinada extiende su mano hacia el cielo. Quizás como un eterno adiós al artista que pintó a Colombia enorme, como su obra.

“Fernando Botero: El Maestro” estará expuesta hasta el 31 de marzo de 2024 en el Jardín Botánico del Desierto en Phoenix. No se la pierdan, se los dice una cachanilla que ama el arte.

*La autora es periodista independiente para medios internacionales.

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