Israel rechaza acusaciones de genocidio en Gaza por parte de la ONU

GINEBRA.- El Gobierno de Israel rechazó las acusaciones de genocidio en Gaza formuladas por la relatora asignada por la ONU para monitorear los derechos humanos en los territorios palestinos. En un comunicado oficial emitido este lunes, Israel calificó las afirmaciones de la relatora como “distorsiones de los hechos y la ley”, formando parte de una campaña más amplia para poner en entredicho la existencia del Estado de Israel.

Así declaró Israel en respuesta al informe preparado por la relatora Francesca Albanese para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU:

Del informe se desprende claramente que la relatora comenzó con la conclusión de que Israel está cometiendo genocidio y luego trató de demostrar sus opiniones distorsionadas y políticamente impulsadas con argumentos y justificaciones débiles.

En una posición oficial remitida por la Misión Diplomática de Israel ante la ONU en Ginebra, el gobierno sostuvo que Albanese “continúa su campaña de deslegitimación de la creación y existencia misma del Estado de Israel”.

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“Inversión obscena de la realidad”

Según el gobierno israelí, el informe presentado por la relatora es “una inversión obscena de la realidad”. Además, se señala que “pretender acusar a Israel de genocidio es una distorsión escandalosa de la Convención sobre el Genocidio”.

Albanese, por su parte, acusa al Estado judío de haber violado hasta en tres ocasiones la Convención desde que comenzó el conflicto en Gaza. El informe de la relatora detalla estos supuestos, que incluyen el asesinato de miembros de un grupo, daños graves -físicos o mentales- a miembros de un grupo, y poner deliberadamente a un grupo en condiciones calculadas para su destrucción física, parcial o completa.

Israel rechaza las acusaciones

El gobierno israelí rechaza categóricamente las acusaciones de genocidio y subraya que las acciones llevadas a cabo por Israel no están impulsadas por una lógica genocida. Según la relatora, estas acciones forman parte de un proyecto colonial en Palestina, recordando prácticas tendentes a la limpieza étnica de los palestinos en períodos históricos anteriores.

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Israel sostiene que estas acusaciones son infundadas y parte de un enfoque sesgado contra su país, mientras que los defensores de los derechos humanos mantienen la importancia de una investigación imparcial para garantizar la protección de los derechos de todas las personas involucradas en el conflicto.