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zona sísmica

En casa del herrero, azadón de palo, reza conocido refrán y sin duda se ajusta a lo que sucede en el Ayuntamiento de Rosarito.

MAL EJEMPLO AYUDA

En casa del herrero, azadón de palo, reza conocido refrán y sin duda se ajusta a lo que sucede en el Ayuntamiento de Rosarito, pues mientras las autoridades exigen a los ciudadanos evitar la realización de fiestas, a causa de la pandemia, para variar no predican con el ejemplo.

Desde las oficinas de la Presidencia Municipal, circuló una invitación redactada como oficio, en donde incluso se citan artículos y reglamentos, para convocar a la celebración del festejo de cumpleaños de Miriam Stephanie Moreno, quien es recepcionista en esa área.

El documento, por supuesto, no es oficial, quizá a alguien le pareció gracioso utilizar el formato para la convocatoria y está dirigido a la presidencia municipal, sindicatura, regidores, secretarios, directores y paramunicipales del VIII Ayuntamiento presidido por Araceli Brown Figueredo.

Así se distribuyó para anunciar el evento que se realizará este sábado en el Rancho Leyva, ubicado en el cañón Rosarito, a partir de las 16:00 horas y hasta que el cuerpo aguante. Y como recomendación se sugiere llevar texana, para montar el toro mecánico que ya está listo para recibir a los invitados, es decir, la pachanga será a lo grande.

Tal vez por tratarse de funcionarios de Gobierno, los inspectores y policía serán parte de los invitados, por eso, no hay que preocuparse pero ¿acaso los ciudadanos que no forman parte del llamado “círculo de oro” correrán la misma suerte? En época de pandemia y con el semáforo en rojo, ¿qué tan bueno es que sea la propia autoridad quien ponga el mal ejemplo?

LENTITUD JUDICIAL

La pandemia por el Covid-19 paralizó durante varios meses en Baja California al Poder Judicial de la Federación y al Poder Judicial del Estado, el primero encabezado por el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, y el segundo por el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Jorge Ignacio Pérez Castañeda.

Cuando al fin con los debidos protocolos se reiniciaron las actividades, los abogados suspiraron de alivio, pues al poder continuar con sus asuntos en los Juzgados iban a poder empezar a cobrar a su respectiva clientela.

Pero con lo que no contaban, es que con las restricciones se iba a imponer un sistema de citas para poder acudir a los juzgados, tanto federales como estatales. Es ahí donde empezaron a topar con pared, puesto que la cantidad de citas es limitada, tanto en Mexicali, Tijuana, Ensenada, Tecate y Rosarito, así que primero es necesario lograr ser incluido en la agenda y las citas no son de inmediato.

Además, la mencionadas citas son sólo para poder ver un expediente y aun cuando el abogado quiera ver otros en el mismo juzgado, no se los permiten. De esta manera los asuntos se van retrasando y la justicia avanza a paso de tortuga.

Ni se diga en los Juzgados Federales, porque ahí no se permite siquiera el paso de los abogados que buscan dialogar con un Magistrado, o un Juez u otro servidor público. Simplemente se les "batea".

Esa es la "nueva normalidad" que se vive en la justicia federal y estatal en Baja California, donde a final de cuentas los afectados son no sólo los abogados, sino los justiciables.

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