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Totalplay, Profeco y Obrador

Qué necesidad tengo de mezclar al presidente Andrés Manuel López Obrador en esta columna, con el tema que trato.

Qué necesidad tengo de mezclar al presidente Andrés Manuel López Obrador en esta columna, con el tema que trato. Diríase que, en verdad, no es justo que este asunto que abordo tenga una relación con nuestro presidente, pero; (un pero enorme, del tamaño del mundo), sí existe básicamente una relación con el tema entre Obrador y su permanente cierre de instituciones creadas por los anteriores gobiernos: los “malos; los corruptos”.

Han de haber transcurrido ya, unos tres años cuando contraté el cable TV. de la empresa: Total Play. El tiempo transcurrió normal, sin problemas. Hace dos meses aproximadamente; quizás un poco más, la televisiva empresa me empezó a fallar; su imagen no entraba a mi tele o lo hacía con una mala y desesperante transmisión. Paso seguido, lógico, intenté por todos los medios a mi alcance buscar un técnico de los que están al servicio de Total Play en Mexicali o en la ciudad de México donde está la matriz. Tarea imposible el hecho de que un experto en fallas del cable contratado atendiera mi caso.

Lo que sigue es una broma, pero semejante o igual a las respuestas que recibí de los trabajadores al servicio de la empresa en cuestión. Primero; debo reiterar: me resultó imposible y frustrante el protocolo engorroso de la empresa a fin de atender mi reclamo: lo que sigue es una broma, su respuesta por teléfono: “Si desea ver al Papa, presione 1; si desea ver a Vladimir Putin , presione 2 ; si desea entrevistar al presidente Andrés Manuel López Obrador, presione 3; si desea entrevistar a Paquita la del Barrio, presione 4; y finalmente; si desea entrevistar al presidente de los Estado Unidos Joe Biden, presione 5. Bien, -dije-: presionaré 5. Y lo hice. De inmediato la respuesta desde la Casa Blanca, fue la siguiente: si desea ver al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, presione 1; y presioné 1. La respuesta: Todos nuestros generales están ocupados, háganos el favor de esperar, en un momento le atenderemos. Pasan dos minutos, yo en la bocina: Por el momento todos nuestros generales están ocupados; háganos el favor de esperar. Pasan cinco minutos y la respuesta fue: por el momento todos nuestros generales están ocupados, hagan el favor de esperar.

Para qué demonios quería yo una comunicación con la empresa Total Play. El lector y la empresa en que escribo lo deben saber. Respondo: Simplemente y sin más: dar de baja su pésimo servicio; ¡eso era todo!

Y bien, esta respuesta similar me sucedió en la Profeco. (La defensa del consumidor). Razoné ya desesperado: ¡Profeco es mi salvación, claro! Explicar en Profeco mi inconformidad con el magnate Ricardo Salinas Priego, dueño de Total Play.

Pero, vea usted mi sorpresa: intenté comunicarme con Profeco en México y a Mexicali. Imposible. El mismo sermón: -(sigue la broma): si desea hablar con Paquita la del barrio, pulse 1; si desea hablar con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pulse 2, y etc. En Mexicali logré vía internet, el número de teléfono de “Ayuda al consumidor”. Nunca contestaron; lo hice de forma persistente, pero me fue imposible conseguir el contacto; reitero: nunca contestaron.

Contacto imprescindible: para que la Profeco me auxilie y me oriente con respecto a mi inconformidad con la empresa Total Play. Dos meses sin uso y con imagen defectuosa, e incluso ya había contratado otra compañía de cable y, me seguían cobrando adeudos y lo principal: ¡darme de baja! en Total Play, así de simple.

Paso seguido y final: me acordé que en Mexicali había una oficina para “Defensa del consumidor” en el Centro Cívico. Yo hace años había usado sus extraordinarios servicios. Muchas personas acudían a este despacho para reclamos y apoyos al respecto. Ya conocía el lugar. Llegué, me estacioné próximo al palacio municipal y le pregunté al guardia; policía que cuidaba el estacionamiento. – “¿Para dónde va, qué oficina busca?”, me dijo- La oficina de apoyos al consumidor, - le contesté-y ya se dónde se encuentra. El policía me contestó: -Ya la cerraron; hace dos años que Obrador la cerró. Me retiré del lugar diciendo para mis adentros: viva México; viva la 4T; vivan los pobres, viva la politiquería del Presidente. Es todo. Y mi reclamo sigue en pie.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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