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Pérdida internacional

Celebrado el torneo de golf con mucho entusiasmo, participación y éxito, escribo sobre lo que veo pasa en el mundo.

Celebrado el torneo de golf con mucho entusiasmo, participación y éxito, escribo sobre lo que veo pasa en el mundo.

Primero, las caídas y algunas recuperaciones de los mercados de valores, lo que afecta fuertemente a la economía del país donde ocurre y, en el nuestro no ha sido la excepción. Cuando una bolsa de valores cae, ocasiona complicadas consecuencias para la sociedad y afecta de forma negativa las relaciones comerciales internacionales. Esta situación incide también en la región (la nuestra por el T-MEC) e inclusive puede afectar a la economía mundial como lo hemos visto en las últimas semanas.

Lo que hay detrás de una reducción en las bolsas, es generar desconfianza en los inversionistas, que no compran acciones y entonces las empresas entran en números rojos. Pero aún el efecto si bajan muchos los precios de las acciones, se genera pánico, en otras ocasiones surge la especulación y se va formando un círculo vicioso de expectativas sobre la economía en general… y si la economía se afecta, se corre el riesgo de impactar a la política y al gobierno en funciones.

La pérdida de dinero, que está sucediendo en prácticamente todo el mundo, crea el riesgo de que instituciones bancarias y financieras queden en cuestionamiento operativo. Esto también está pasando porque el aumento en las tasas de interés hace que los deudores tengan que aumentar el monto total para el pago de un crédito adquirido y, se pueden declarar en moratoria o reducen igualmente el consumo de productos y servicios, lo que afecta a las empresas que los suministran.

Otro punto que está observándose en el mundo es el desempleo. Las empresas, ante la disminución de sus ventas o la elevada carga de impuestos, están tomando acciones preventivas para mantener su rentabilidad. Una de las primeras medidas que se toman es no ampliar plazas o incluso reducir personal. Esto también afecta la capacidad adquisitiva y gasto tanto de compradores como de vendedores, lo cual puede desalentar toda la actividad económica.

Pero volviendo a la caída de las bolsas, por ejemplo, la fuerte caída en Wall Street se debe a temores de recesión mundial; eso provocó amplias pérdidas a bancos, compañías de salud y acciones de energía. También el actual descalabro mundial se atribuye a que la libra esterlina cayó al nivel más bajo de su historia frente al dólar, por lo que los inversionistas siguieron vendiendo sus bonos del gobierno británico por su disgusto ante un plan de amplios recortes de impuestos anunciado en Londres por la recién nombrada Primer Ministra.

Pero no sólo lo británico y de Estados Unidos oscurece el escenario internacional. Los mercados europeos han tenido pérdidas en su mayor parte, también porque los elevados precios de la energía y los alimentos (debido a la guerra en Ucrania) han disminuido el poder de compra de los consumidores. A esto le sumamos que Francia, la segunda mayor economía de la Unión Europea, pronosticó una desaceleración sustancial del crecimiento económico el año próximo, a lo que se agrega un mal desempeño pronosticado para Alemania, hoy en día la mayor economía de Europa.

Para lo que resta del año puede esperarse que el mercado de valores, las acciones, el consumo y la inversión muestren indicadores a la baja, todos éstos afectados por el temor a una recesión económica que pueden causar las altas tasas de interés y la contención (forzada, opino) de los precios de productos, principalmente alimentarios hasta el primer trimestre del siguiente año.

*- El autor es Consejero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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