‘Obras son amores’

Este envió guarda conexión obligada con la persistente campaña de Andrés Manuel López Obrador, de agredir la corrupción de los gobiernos pasados, PRI básicamente, vía “mochis”. En realidad, esta columna se debería llamar: DE LOS MOCHIS. Tiene razón el presidente en combatir esta forma de corruptelas del sistema político mexicano y es posible de muchos otros países, quizás también de Morena, de la 4T. Vaya usted a saber. Al respecto, y sólo para despertar dudas, el pueblo admirador de Obrador, principalmente los apasionados admiradores de nuestro presidente, los “morenitos”, digo, deberían leer el libro de Elena Chávez: “El Rey del Cash”, que (un recuerdo por cierto de Rene Bejarano y su maletín de marras hasta “las manitas” de pesos, vía, sepa usted para quién). Pero allí están los hechos que van más allá de la politiquería y los ataques permanentes a adversarios. Mi tema sin embargo va dirigido fundamentalmente a los hechos que son amores y no malas razones. Este México nuestro y cualquiera otro en el mundo, es importante por lo que nuestros gobiernos de ayer y hoy, han dejado. El reiterativo empeño de López Obrador de ser duro y crítico contra los “mochis” del pasado son en buena medida necesarios, pero pierden su importancia cuando estas críticas se convierten en “míreme a mí, yo soy el bueno”.

De todo esto, sin embargo, nos va a quedar el Tren Maya que trascenderá el tiempo, los años y rencores.

Expresado esto, entro a los motivos de esta columna: lo que nos dejó el ex gobernador Milton Castellanos Everardo (1971 1977). Primera obra importante para Mexicali, el puente del “Coronadito”, sobre la vía del tren que dividía la ciudad en Este y Oeste; lo que es Pueblo Nuevo y, fundamentalmente, el enorme movimiento generado por el Centro Cívico, en construcción. El acueducto Mexicali a la zona costa es sin duda a la vez de enorme trascendencia para Baja California. El Centro Cívico antes mencionado es otra de las grandes obras de Milton Castellanos. Este Centro Cívico por otra parte supera sin duda la mayoría de centros de gobiernos de otros estados de la república. Nos ha dejado a la vez Milton, el Teatro del Estado de Mexicali y los fundamentos básicos de lo que es hoy el Instituto de Cultura da B.C., y con este instituto de cultura, el nacimiento de un enorme movimiento en torno a la plástica de Baja California. Finalmente debo reiterar: Obras son amores. Y la politiquería, “los Mochis” y los odios se mueren con los políticos que los usan para quedar bien con el pueblo. ¡Vaya pues, viva México!

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.