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¿Nuevos partidos?

En la historia política reciente de nuestro país se ejerció el bipartidismo entre el PRI y el PAN, los partidos más longevos, que siempre se disputaron el poder.

En la historia política reciente de nuestro país se ejerció el bipartidismo entre el PRI y el PAN, los partidos más longevos, que siempre se disputaron el poder. Eran los únicos que ganaban elecciones a nivel de gubernaturas, senadurías, diputaciones locales y federales y hasta presidencias municipales.

Pero el PRI siempre ganaba la presidencia de México. No fue sino hasta el año 2000 después de haber gozado las mieles del poder que el PRI, partido hegemónico por más de 70 años, perdió la presidencia de la república, el partido heredero de las hazañas revolucionarias de 1910 había sido derrotado, porque el desgaste y la corrupción llegó a la cúspide.

El PAN llevando como candidato a Vicente Fox había logrado el triunfo con grandes expectativas de cambio, cambios que jamás llegaron a la sociedad.

Posteriormente, Felipe Calderón refrenda la victoria azul, bajo la sospecha de un fraude fraguado en las altas esferas de los grupos fácticos y empresariales del país. Hoy muchos políticos que fueron desplazados por el “tsunami” electoral del 2018 están atentos para ver hacia donde dirigirán sus baterías, en qué partidos encontrarán acomodo o ya de plano crear uno nuevo.

Las prerrogativas para los partidos son muy jugosas y aunque no ganen elecciones, les permite “coaligarse” con otros para sobrevivir y convertirse en “partidos bisagra” que se venden al mejor postor. Los chapulines, camaleones y saltimbanquis estarán de moda en el 2021. La elección intermedia será la gran “batalla” para la oposición ya que intentará ganarle la mayoría a Morena en la Cámara de Diputados federal.

Bajo el cobijo de la ley muchos políticos aprovechados no se conforman con vivir fuera del presupuesto, a pesar de que muchos de ellos han ocupado puestos en la esfera política del país. Al amparo de la pluralidad y la representación de las minorías en el Congreso de la Unión, se han creado vicios, algunos rayan en la desvergüenza para estar siempre en la cúspide del poder.

Han creado partidos que les han permitido vivir sin trabajar, convirtiendo a estas instituciones en patrimonio familiar, heredando también el partido a los hijos que se han pegado a la ubre como “garrapatas”.

Por lo pronto ya existen y se han presentado muchas organizaciones que aspiran a constituir un nuevo partido, el único problema que se les dificulta es reunir los requisitos que consisten básicamente en reunir cuando menos 70 mil personas afiliadas en 200 distritos electorales o en 20 entidades federativas.

Una vez que logren su registro, cada nuevo partido recibirá desde el año entrante 42 millones de pesos y 130 millones para la elección del 2021. Súmele usted las prerrogativas de tener “spots gratuitos” en todas las estaciones de radio y televisión del país.

Para muestra de lo que se avecina el año entrante, estos nuevos membretes con viejos conocidos: Elba Esther Gordillo, viene trabajando duro con su nuevo partido Redes Sociales y Progresistas; Felipe Calderón y Margarita Zavala con México Libre; Hugo Eric Flores de la mano de las iglesias evangélicas promueve la creación de Encuentro Solidario; después de 60 años de militancia en el PRI, César Augusto Santiago con Fundación Alternativa.

Para muchas organizaciones no será tarea fácil ya que el INE tratará de llevar a cabo un seguimiento puntual de todos estos organismos para que no suceda lo que hizo el Bronco en la elección presidencial que se lanzó de independiente haciendo trampa y además utilizando recursos del erario público. Hoy la pluralidad y la representación de las minorías sale muy cara. El negocio de los partidos es redondo y todos se quieren “sacrificar” por el pueblo. ¿A poco no?

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