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Hablando de Salud

Como si estuviéramos viviendo una pesadilla, al parecer, de nuevo, se han incrementado los contagios. Los medios no hablan de otra cosa sino de la “tercera ola,” del Ómicron, visto para algunos como un tsunami.

Como si estuviéramos viviendo una pesadilla, al parecer, de nuevo, se han incrementado los contagios. Los medios no hablan de otra cosa sino de la “tercera ola,” del Ómicron, visto para algunos como un tsunami.

Por eso, vemos de nuevo largas filas de carros con personas que ahora van ya por el tercer piquete, llamado refuerzo, con el propósito de que la enfermedad no llegue.

Sin embargo, expertos en el tema, aseguran que con frecuencia quienes más se cuidan, pero tienen miedo, son los que se contagian. Está comprobado que el miedo y la angustia bajan las defensas.

Acerca de la salud, escuché una teoría bastante asertiva, que refiere que las enfermedades no siempre vienen de los genes o de los malos hábitos, sino que la salud se genera desde la paz en el corazón y en el espíritu. La salud viene con la risa, el buen humor, en la aceptación genuina de sí mismo y de las personas que nos rodean, viene con la música, esa música que nos alegra, acelera nuestras neuronas, o que nos proporciona tranquilidad y paz interior.

Viene con el amor y el cuidado de nosotros mismos y con la aceptación y el amor por los demás, viene en los alimentos saludables e imprescindibles que nos proveen energías, los cuales no están propiamente en un plato de comida balanceado. Por ejemplo: En las calorías que produce un abrazo fuerte, aún en la distancia, en las proteínas de un “te quiero”, te amo”, en los omegas de un: “Aquí estoy”, especialmente en momentos difíciles que todos pasamos. En la dopamina que genera inmediatamente la presencia de un bebé, algo increíble. En el anticancerígeno por excelencia que da la autenticidad, la honestidad, la sinceridad y la fiel compañía de la familia y por supuesto, de los verdaderos amigos.

Todo lo anterior, siempre acompañado por los otros anti oxidantes que no vienen exactamente en una copa de vino tinto, sino en la conversación con esa persona especial que te escucha y te hace sentir y descubrir la maravilla de saber cultivar un cariño sano, con el único interés de crecer juntos, y que descubren que cada encuentro, es el momento correcto para ambos.

La salud viene en los buenos deseos que damos y recibimos a diario en cada instante, en agradecer a Dios cada día, con el ánimo renovado para vivirlo con optimismo, afrontando con valor, los retos que se nos van presentando. En las oraciones que elevamos por los demás y por nosotros mismos, en la sinceridad y el amor con que realizamos actos de caridad y de bien sin saber a quién.

En nuestra fe, una fe firme y profunda, que nos lleva a la confianza de que, todo lo que nos sucede, aún sin entenderlo, son los verdaderos planes de Dios para nosotros, con la certeza de que éstos, serán siempre mejores que los nuestros.

Los virus seguirán apareciendo, no sabemos hasta cuándo. Podemos seguir con miedo, encerrados, no solo en casa sino en nosotros mismos, o abrirnos a la oportunidad que Dios nos da de crecer, confiar y agradecer cada día el milagro de la vida. Así de fácil y sencillo.

*- La autora es consejera familiar.

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