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El Imparcial / Tijuana / Teatro

Risas y piropos causa la obra 'Divorciémonos mi amor' en Tijuana

Cristian de la Fuente, Mariana Seoane, Juan Soler, Malillany Marín y Julio Camejo se presentaron en Tijuana la noche del jueves con la puesta en escena "Divorciémonos mi amor".

Tijuana, BC.- Divertida, chistosa, entretenida, así es la comedia de enredos que narra la relación entre Alejandro y Daniela, una pareja que aún se ama, pero que se resiste a creerlo.

Cristian de la Fuente, Mariana Seoane, Juan Soler, Malillany Marín y Julio Camejo se presentaron en Tijuana la noche del pasado jueves con la puesta "Divorciémonos mi amor", que produce Omar Suárez ante un público, que si bien la pasó entre risas, se desvive en piropos para con los galanes.

Desde “Papacito” o interviniendo en los diálogos de la puesta, la audiencia femenina no cesó en recordarle que indiferentes no les eran.

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El divorcio como solución

Dividida en dos actos, la típica situación amorosa entre dos personas que pelean mucho y piensan en el divorcio como una solución, mantuvo a los espectadores atentos a los diálogos, que al final deja como reflexión que el amor lo puede todo.

En casi dos horas de duración de la obra, se suscitan situaciones divertidas con los personajes, mismas que los hacen reconocer que entre ellos todavía existe amor.

Toda la escena se desarrolla en una cabaña en medio de la nada, donde no hay señal de teléfono, donde un carro se descompone para regresar a la ciudad, y donde un matrimonio de siete años está en la cuerda floja.

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Protagonizada por Cristian de la Fuente y Mariana Seoane

De la Fuente y Seoane son los protagonistas, quienes dan vida a una pareja que pretenden divorciarse, ante las constantes peleas, ambos contratan un investigador privado ante la duda de infidelidad y de ahí se desatan una serie de enredos.

Camejo también logra carcajadas por su papel como un intelectual y fanático de las computadoras, al igual que Marín y Juan Soler, quienes interpretan a dos hermanos que hablan con acento norteño.

Soler, de 56 años, da vida a Melitón, el hermano de quien se está divorciando justamente, suele ser celoso, pero que al final entiende que el amor es un ingrediente principal.

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A final de cuentas Daniela y Alejandro no se divorcian, se siguen amando y aprenden la lección.

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