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¿Una Península Verde? La Transición Energética Potencial en BajaCalifornia

Más allá de su posición estratégica como el estado que conecta a México con Estados Unidos y Asia-Pacífico, la península de Baja California es una región de vital importancia económica para América Latina y el Caribe (ALC).

Más allá de su posición estratégica como el estado que conecta a México con Estados Unidos y Asia-Pacífico, la península de Baja California es una región de vital importancia económica para América Latina y el Caribe (ALC). Un informe del Centro Ahlers (2022) concluyó que la economía de la región transfronteriza conocida como CaliBaja, que considera los condados estadounidenses de San Diego, Imperial y los municipios mexicanos de Ensenada, Mexicali y Tijuana, equivale a un producto interno bruto de $250 mil millones. Esta cifra es el mismo PIB de un país como Perú o Nueva Zelanda. Para 2025, Baja California alcanzará una población de cuatro millones y el 'nearshoring' solo atraerá más crecimiento económico y, por lo tanto, más presión sobre el sistema energético de Baja California. El nearshoring se refiere al fenómeno de reubicación de empresas manufactureras originalmente basadas en Asia que en los últimos años han comenzado a trasladarse a las ciudades fronterizas de México, debido a tensiones geopolíticas entre China y EE. UU., así como a interrupciones aumentadas en las cadenas de valor globales tras el inicio de la pandemia de COVID. Además, el T-MEC ha fomentado el nearshoring para aprovechar los beneficios económicos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por varias empresas transnacionales. Aunque este contexto económico global es más que favorable para lograr tasas de crecimiento económico sostenido en Baja California a corto plazo, el estado también enfrentará el desafío planteado por el aumento acelerado en la demanda de recursos energéticos debido a la atracción de nuevas inversiones manufactureras en la región. Según el CSIS (2023), la confiabilidad energética será fundamental para que México aproveche el movimiento de nearshoring, ya que las empresas accederán a energía constante y asequible, especialmente en industrias intensivas en energía como la manufactura o el sector automotriz.

¿Cómo puede Baja California aprovechar el nearshoring para convertirse en una de las regiones con mayor desarrollo económico en México en la próxima década, al tiempo que promueve la transición energética y, por lo tanto, un sistema eléctrico sostenible para el estado? En este artículo, sostengo que para que Baja California se consolide como un espacio de innovación económica y desarrollo social en ALC es necesario implementar tres objetivos energéticos para 2030: conectar Baja California a la red eléctrica nacional de México, promover una mayor participación de las energías renovables en la generación de energía de Baja California y desarrollar un clúster regional de industrias y tecnologías verdes con la participación activa del gobierno estatal, empresas transnacionales, instituciones educativas locales y la sociedad civil.

El primer desafío implica reconocer que el estado mexicano ha descuidado la seguridad energética de la península. Según el Instituto de las Américas (2020), Baja California cuenta con 14 plantas de energía a gran escala en operación con una capacidad instalada combinada de 4,049 MW. Con 1,102 MW destinados a la exportación a California, eso deja a Baja California con una capacidad instalada efectiva de 2,974 MW. Si actualmente hay problemas con el suministro de energía durante el verano, el aumento en la demanda del sector manufacturero debido al nearshoring en los próximos años obliga al gobierno federal a actuar y garantizar las condiciones de infraestructura necesarias para facilitar el desarrollo económico de la región. Conectar Baja California a la red nacional garantizaría 1,500 MW adicionales, lo que a corto plazo solucionaría los problemas de suministro de verano.

En segundo lugar, fortalecer el compromiso de la región de Baja California con la transición energética. Aunque el estado tiene una de las plantas de energía geotérmica con mayor capacidad instalada en el mundo (720 MW), esto es insuficiente considerando el potencial energético de la región en términos de recursos solares y eólicos. Baja California es uno de los estados de México con mayor radiación social, además de tener extensas áreas despobladas en la zona de Mexicali para la instalación de paneles solares. Además, el estado podría aprovechar el potencial de energía eólica en áreas como Tecate para aumentar el suministro energético del estado y su competitividad económica. Actualmente, Baja California produce el 22% de su electricidad a partir de energías renovables, muy por debajo del objetivo nacional del 35%. En este contexto, los diferentes niveles de gobierno deberían coordinarse para crear incentivos fiscales y no fiscales que faciliten la atracción de IED en el sector de energías renovables y convertir a Baja California en un polo de innovación en tecnologías de energía solar y eólica.

En tercer lugar, Baja California debería aprovechar su posición estratégica como estado fronterizo y como región que atrae importantes inversiones de naciones de Asia-Pacífico.

Como una economía regional con un sector manufacturero diversificado y ventajas comparativas en la instalación de energías renovables, el gobierno de Baja California debería aprovechar su posición geográfica favorable para convertir al estado en un centro de innovación que combine los objetivos de la transición energética con las capacidades industriales del estado. En ese sentido, el gobierno estatal podría beneficiarse de compartir frontera con California y las ventajas comerciales del T-MEC para crear un clúster manufacturero regional que promueva la instalación de tecnologías de energías renovables e industrias relacionadas con la producción de automóviles eléctricos (EV) y otras tecnologías verdes.

Finalmente, aprovechar el nearshoring sin comprometerse con los objetivos de la transición energética es un desarrollo económico y social a medias. Baja California puede hacer uso de todas sus capacidades políticas y económicas como uno de los estados fronterizos más importantes de México para tomar las riendas del cambio y promover el uso intensivo de energías renovables. Dado el abandono de la reforma energética de la década de 2010 con la llegada al poder de López Obrador, las continuas inversiones en una empresa estatal obsoleta como Pemex y el aumento en la explotación y refinamiento de recursos fósiles como estrategia para el desarrollo económico nacional, Baja California puede convertirse en la excepción de México en términos energéticos y favorecer un curso de acción sostenible para los beneficios económicos que el nearshoring traerá en la próxima década.

*El artículo fue realizado como un texto de opinión para la clase de Política Energética en América Latina, de la Maestría en Asuntos Internacionales de UC San Diego.

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