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¿Quién daría resultados?

Sin duda, el primer debate celebrado el día 18 de abril pone al descubierto de qué están hechos los candidatos, los ubica en su justa dimensión... 

Sin duda, el primer debate celebrado el día 18 de abril pone al descubierto de qué están hechos los candidatos, los ubica en su justa dimensión, son espacios que aprovechan los electores para informarse de las propuestas y tomar una decisión de por quién votar; estas comparecencias se pueden convertir en una navaja de doble filo, como te pueden levantar, te pueden sepultar. Hasta ahora, salvo que suceda algo imprevisto y por representar a los partidos con más fuerza destacan Jorge Hank, Marina del Pilar y Lupita Jones. Es Hank el que más ha crecido en intención del voto, mientras que la candidata oficial ha ido decreciendo, en tanto Lupita Jones permanece igual y continúa sin convencer.

Al margen de señalar quién ganó el debate o hizo las mejores propuestas, quién fue más elocuente, quién dijo mentiras o verdades a medias, o quién le sacó la lengua a su adversario, o quién se enfocó mejor en la cámara, o de si estuvo mal o bien organizado el debate, o de señalar a los moderadores por interrumpir a los candidatos, o si realizaron buen desempeño como conductores. Todo eso son nimiedades, porque lo que importa son los resultados, la sociedad espera a la persona que le resuelva sus problemas, no quiere promesas demagógicas, ni mentiras. Cada espectador ve las cosas de acuerdo a sus intereses o preferencias, lo importante es analizar quién es la persona capaz de revertir y de reinventarse para hacer progresar a este gran estado.

Es importante señalar la actitud de la candidata oficial, cuando le preguntaron si estaba a favor de respetar la propiedad privada y darle continuidad al proyecto de la 4T. Es decir, por un lado, la 4T está expropiando terrenos que pertenecen a la iniciativa privada, dice apoyarla, pero la realidad es que no, cuando afirma que le dará continuidad al proyecto de la 4T que nadie entiende, porque “la 4T es todo y es nada”, término muy ambiguo que no especifica nada y por tanto la mayoría de los electores no entiende. La propiedad privada es un derecho subjetivo que las personas tienen sobre las cosas que está consagrado como tal en el artículo 17 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: “la propiedad es un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, salvo en casos de utilidad pública”.

Marina es la candidata oficial, siempre se sabe que el que lleva a cuestas esa responsabilidad es el más atacado y criticado, sobre todo cuando los malos resultados provienen del mismo partido. Ella se encuentra atrapada en un callejón sin salida, contra la pared, su fortaleza se ha convertido en su debilidad, no puede marcar su distancia con el gobierno en turno; si rompe con el gobierno actual estaría cavando su tumba política. Debe aclarar su posición a favor de la propiedad privada, sus declaraciones han resultado ambiguas, de no hacerlo los electores le cobrarán la factura en las urnas y si lo hace tendrá que enfrentar las consecuencias del “ogro filantrópico” que financia su campaña. La continuidad le está pesando a la candidata de la 4T, que no ha presentado propuestas y solo se ha extraviado repitiendo que continuará con el mismo proyecto. Por eso la pregunta inicial, es ¿quién reunirá el perfil que demanda el estado para revertir la crisis económica? ¿Quién daría resultados? ¿Quién podría convocar y unificar a los empresarios? Si no hay inversión, no hay empleo, el gobierno no crea empleos productivos, para generar riqueza se necesita de capital. La única vía para abatir la pobreza y el rezago social es con inversión. ¿Quién le daría certeza jurídica a la propiedad privada y la inversión? ¿Será el ingeniero Jorge Hank? ¿Tendrá la capacidad de ganar la gubernatura y revertir la expropiación del Campestre en Tijuana? ¿Sería el único con posibilidad de cumplir con las promesas de campaña en materias de salud, seguridad, educación, desarrollo urbano y económico?

Solo con unidad y trabajo en equipo guiados por un líder alto de miras podemos aspirar a un modelo de crecimiento económico incluyente que atraiga a empresas de clase mundial amigables con el medio ambiente y con compromiso social.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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