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Percepción

Dentro del cúmulo de malas noticias o de situaciones difíciles de afrontar, resaltó una buena: Los mexicalenses y tijuanenses tuvieron una mejor percepción en cuanto a la seguridad en el municipio en el tercer trimestre de este 2022.

Dentro del cúmulo de malas noticias o de situaciones difíciles de afrontar, resaltó una buena: Los mexicalenses y tijuanenses tuvieron una mejor percepción en cuanto a la seguridad en el municipio en el tercer trimestre de este 2022.

Sin duda es una buena noticia, porque eso implica que aun cuando los hechos delictivos ya son pan de cada día, la ciudadanía ha percibido un mejoramiento en la seguridad pública y no precisamente por la presencia de la Guardia Nacional, sino sobre todo por la actuación de las corporaciones municipales y estatales.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el segundo semestre de 2022 el 78% de los cachanillas consideraban que la ciudad era insegura, mientras que en Tijuana el 83% se sentía en esa condición.

Es decir, en Mexicali casi ocho de cada diez personas se sentían inseguros en su propia ciudad, unos más en la vía pública y otros en sus hogares, pero en cualquier lugar del municipio se sentían vulnerables a ser víctima de la delincuencia.

Pero ya en la encuesta del tercer trimestre esa percepción de inseguridad disminuyó al 72% en los cachanillas, mientras que en el mismo periodo en la coqueta Tijuana la cifra disminuyó al 75.6%.

De hecho, en el caso de Tijuana, la ENSU señala que “hubo un cambio significativo respecto a junio de 2022”.

Claro que no son cifras óptimas, pero realmente es un avance empezar a notar un mejoramiento en las labores de seguridad en los municipios más grandes de la entidad.

Falta mucho por hacer a las alcaldesas de Mexicali y Tijuana, Norma Alicia Bustamante Martínez y Montserrat Caballero Ramírez, respectivamente, así como a sus jefes de Policía, Pedro Ariel Mendívil García y Fernando Sánchez González.

Aunque Ensenada no sale en la ENSU, seguramente la percepción de la ciudadanía en cuanto a la inseguridad va de la mano con los otros dos municipios.

Y no será con la Guardia Nacional como se logrará reducir la delincuencia, porque los militares que realizan las labores de la extinta Policía Federal van a combatir a la delincuencia organizada, pero quienes seguirán enfocados en combatir la delincuencia que preocupa al ciudadano de a pie, como los robos, los asaltos en vía pública, los robos domiciliarios, los robos al usar cajeros automáticos, entre otros, serán los policías municipales.

Se debe recordar que la formación de la Guardia Nacional es militar, en donde precisamente esa formación los hace percibir a todos como “el enemigo”, mientras que los policías están capacitados para la proximidad ciudadana, para atender a los ciudadanos desde una perspectiva civil.

Duplican multas

Si de por sí, eran de las multas más caras el conducir con aliento alcohólico, con la reforma que hicieron al reglamento en Tijuana, resulta aún más carísimo.

Sin duda una medida que aunque dicen que busca reducir los accidentes, también se ha vuelto recaudatoria.

Lo malo de las multas de tránsito altísimas es que se pueden prestar a corrupción. Es evidente que en ciertas zonas de la ciudad, los oficiales están cazando las infracciones sobre todo de los que traen placas de California.

Además, ante la falta de conocimiento de muchos ciudadanos, luego quieren asustar con remolcar el carro, cuando se trata de una multa de tránsito como ir a alta velocidad.

En el caso de conducir en estado de ebriedad, los alcoholímetros se colocan estratégicamente cerca de las zonas próximas a los bares, a veces desde muy temprano.

Hay quienes dicen que incluso tienen una cuota, por eso temprano empiezan a parar a todo el que pase por ahí, y ya cuando es de madrugada, cuando en realidad van los que están más alcoholizados, pues a esas horas ya ni están.

Eso sí, se aprovechan de que mucha gente no sabe e interpretan el reglamento a su modo, como el hecho de tomar como transporte público un auto que esté a nombre de una empresa. El ir a pagar una multa por alcoholímetro también se vuelve un víacrucis, pues una parte del trámite se hace en la delegación Margarito Saldaña, otra en Palacio, luego de regreso a Margarito, para continuar en el yonque, claro, eso si no dan la hora en que cierren las oficinas entre tantas vueltas. Dicen que con lo que cuestan algunos autos, entre multa y el corralón, hay quien mejor dejará el vehículo antes de pagar tanto.

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