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¿Fraude electoral?

No hay duda de que estamos inmersos en una campaña inédita por la cantidad de posiciones que están en disputa, pero además por los conflictos preelectorales que no se habían presentado con tanta intensidad.

No hay duda de que estamos inmersos en una campaña inédita por la cantidad de posiciones que están en disputa, pero además por los conflictos preelectorales que no se habían presentado con tanta intensidad. Las redes sociales han incrementado la polarización y el enfrentamiento entre los mexicanos que tienen pensamientos encontrados acerca de quién debería gobernar este país. Las críticas al gobierno actual no se han hecho esperar. Hace algunos días el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador ha insistido en la posibilidad de que el día de la elección se consume un “fraude” electoral. Algunos analistas políticos expresan que el Presidente está preparando el terreno para en caso de que su partido Morena pierda posiciones importantes eludir el fraude. Así lo confirma la campaña de “desprestigio” que ha expresado hacia el INE argumentando que es parcial y que ha estado tomando decisiones que afectan a su partido. En caso de perder, impugnaría el resultado, de tal forma que los resultados de elección se convertirían en un conflicto postelectoral.

Este atentado a las instituciones garantes de la democracia, contrasta con su desempeño en elecciones pasadas e incluso tiene reconocimiento internacional como una instancia que ha realizado su tarea con eficacia y eficiencia. Las declaraciones del presidente ofenden a los mexicanos que participan como funcionarios de casilla, después de que este órgano fue el que le facilitó y reconoció su triunfo en el 2018. Este es un organismo formado por ciudadanos comunes que son seleccionados por las cámaras de diputados que representan a todos los partidos para encargarse de conducir la elección. La integración de las mesas directivas de casillas se realiza a través de un proceso de “insaculación” ante la vista de todos, es un proceso transparente. Antes del IFE hoy INE, las elecciones eran responsabilidad del gobierno y para evitar suspicacias de un posible fraude y la injerencia del ejecutivo en la elección, fue creado este Organismo público autónomo. A pesar de ello, el presidente ha estado interviniendo desde las conferencias mañaneras en estados en donde el voto popular no le favorece a su partido. Es tan atípica esta elección que la violencia ha llegado a las urnas, hasta ahora son alrededor de 80 personas que han perdido la vida y casi 800 que han sufrido algún tipo de violencia. Dicen que el crimen organizado está participando en algunas regiones del país.

Ante este panorama el presidente de la república debe ser el más interesado en que el país esté en paz y está obligado a respetar la ley y la autonomía de instituciones como el INE, ya que el juró cumplir y hacer cumplir la ley. Él sería el responsable directo en caso de violencia pues ha venido “alborotando el avispero”. Ha habido también una utilización “facciosa” de la ley para sacar de competencia a aquellos adversarios que llevan la delantera en estados donde jamás han dominado las ideas progresistas como Nuevo León. Aquí en Baja California, hay casos “emblemáticos” con personajes que tienen arrastre en el electorado y a los cuales se les han fincado responsabilidades inexistentes. En muchos casos en el país y en la región han logrado “descarrilar” las campañas y los han bajado de las candidaturas y en otros les ha ganado el tiempo porque el día de la elección está a escasos días sin posibilidad de revertir estas tendencias. Algunos partidos de la región tienen sus reservas y están convencidos de que deben de ganar con una diferencia muy clara, de lo contrario su posible triunfo estaría en riesgo, porque no confían en las autoridades electorales locales a las cuales califican de “parciales”. Por ello, nos preguntamos, ¿habrá fraude y conflicto poselectoral? Esperemos que no, ya que han sido muchos años que se han dedicado a perfeccionar los órganos electorales garantes que nos brinden la democracia que queremos. También es importante que reflexionemos como superar todos estos vicios, ya que cada vez que hay elecciones surgen nuevas anomalías que antes no existían. Los mexicanos queremos elecciones limpias, sin violencia, sin la intervención de ningún poder constituido, sea del nivel que sea. ¿Los partidos políticos no deben esperar ganar en la “mesa” lo que no ganaron en la cancha? ¡No al fraude electoral!

- El autor es economista egresado de la UABC.

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