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El dueño del ‘bastón’

“Las dictaduras no siempre mueren cuando el dictador deja el cargo”.Mohamed Nasheed.

El viernes pasado el partido Morena, designó a los candidatos para los distintos gobiernos estatales que estarán en juego este 2024. Lo hizo con el ya tradicional método de la encuesta que nadie conoce, pero que resulta muy eficaz a la hora de darle el triunfo al candidato o candidata más afín a la 4T.

En esta ocasión, se añadió un elemento más a la designación, por la obligatoriedad impuesta por las autoridades electorales para designar a cinco mujeres de los nueves candidatos a Gobernador del año que entra en una acción afirmativa de paridad de género.

En esa virtud y a pesar de que el candidato de Claudia Sheinbaum, Omar García Harfuch en la Ciudad de México, contaba con una amplia ventaja sobre la competidora Clara Brugada, que era la favorita del presidente López Obrador, los dados cargados se movieron para bajar de la contienda al candidato propuesto por Sheinbaum, pues López Obrador así lo quiso. Hace unos días leí que García Harfuch nunca ha sido de las simpatías del presidente e incluso, cuando sufrió un atentado en la Ciudad de México, donde murieron otras 3 personas, jamás pensó en visitarlo en el hospital o tan solo hacerle una llamada telefónica.

Recordemos que el pasado 7 de septiembre, en el Centro Histórico, rodeado de políticos morenistas, López Obrador le entregó un “bastón de mando” a Claudia Sheinbaum. En esa ocasión, el presidente dijo que lo transmitía a la virtual candidata presidencial de Morena “para dirigir nuestro movimiento y dar continuidad a la transformación”.

En un artículo publicado el 12 de noviembre pasado, el periodista Ricardo Pascoe, hace referencia al original bastón de mando; aquel que recibió López Obrador el 1 de diciembre de 2018, justo después de recibir su investidura como Presidente de México.

En aquella ocasión, el presidente recibió este bastón en el zócalo de manos de Carmen Santiago Alonso, representante de 68 pueblos indígenas y el pueblo afro mexicano. Se trataba de una emotiva ceremonia de tradiciones ancestrales.

6 años después, el bastón quiere representar la continuidad del movimiento de la transformación, pero sin permitir que quien ahora lo detente, decida por sí mismo, sin consultarlo todo con el verdadero “dueño del bastón”.

Aprovechando el símbolo del bastón de mando, López Obrador evidentemente está decidido a influir en todo lo que le pase al próximo gobierno, si es que logra que su sucesora llegue a esa posición. Todos opinan que quiere ser el censor moral y el capitán que guíe el barco morenista por la ruta precisa que él ha propuesto.

Recordemos que en la época de los presidentes Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz y Abelardo L. Rodríguez, las personas bromeaban al señalar el Castillo de Chapultepec, donde vivían los presidentes en turno y mencionaban: “Aquí vive el Presidente, pero el que manda, vive enfrente”, en clara alusión a que la casa de Plutarco Elías Calles se situaba al lado contrario del Castillo.

Estos encontronazos definirán si Claudia conservará la marca o trabajará sujetándose a los designios de quien pretenderá protagonizar el maximato del siglo XXI, aunque espero que, de ganar la presidencia Claudia Sheinbaum, no se convierta en la nueva versión de Don Pascual Ortiz Rubio.

Algo así como te presto el bastón, pero el dueño sigo siendo yo.

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