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¿En verdad tendremos cambios?

Como muchos otros mexicanos, yo no creo que vayamos a tener cambios significativos con el nuevo gobierno que elijamos.

Por el derecho a la libertad de expresión.

Como muchos otros mexicanos, yo no creo que vayamos a tener cambios significativos con el nuevo gobierno que elijamos. Nada de lo que hoy estamos viendo que funciona mal, va a ser corregido. Los funcionarios electos que están a punto de terminar sus administraciones, no se condujeron de manera correcta, y contribuyeron con la corrupción en la misma medida en que les fue heredada. La atractiva frase de que las escaleras se barren de arriba para abajo, no se llevó a cabo ni aunque fuera solo para desempolvar un poco el mugrero. Las mismas formas sucias de llevar las actividades gubernamentales, se siguieron dando en todas las dependencias. Los ciudadanos comunes y corrientes fuimos tratados de la misma manera despecLos tiva de siempre. Por ejemplo, la conducta abusiva, prepotente, autoritaria y desalmada de los policías, de cualquier nivel, siguió sin modificarse. De hecho, se cometen tantos abusos policiales, que ya deberían de constituirse en delitos graves, por lo común en que se han convertido. Las corporaciones policíacas son el principio de la enorme cola de corrupción que debemos padecer los ciudadanos de a pie.

En Tecate tenemos dos expresidentes municipales con procesos formales denunciados, a los cuales no se les ha molestado para nada. Tanto Javier Urbalejo Cinco, como César Moreno Gonzáles de Castilla, están trabajando en dependencias de gobierno. Ambos tienen pendientes acusaciones de peculado y de enriquecimiento ilícito, entre otros, y sus procesos no fueron seguidos como lo marca la Ley. La enorme corrupción los amparó y solo esperan que llegue el día en que prescriban sus delitos para que, con mayor seguridad, gocen de la impunidad. En la misma situación deberían estar Juan Vargas, Nereida Fuentes González y Zulema Adams Pereyra, quienes deberían ser investigadas por enriquecimiento ilícito y lo que surgiera. Esto es solo lo que sucede en Baja California, específicamente en Tecate. Le podríamos sumar los casos de todo el estado y veríamos el nivel de corrupción que se solapa para proteger criminales.

Las elecciones federales que nos darán un nuevo Presidente de la República, no nos augura mejores tiempos. Por ejemplo, la violencia y la delincuencia no van a variar. Las ejecuciones, los feminicidios, los secuestros, las extorsiones, los desalojos de ciudadanos de sus casas, las desapariciones seguirán impunes. La candidata que tiene más oportunidades de ganar las elecciones, ya se ha manifestado por los abrazos y no por los balazos. Por consiguiente, seguiremos teniendo ciudades peligrosas, con más episodios de balaceras a cualquier hora y en cualquier lugar, sufriendo efectos colaterales y muertes de inocentes baleados por casualidad.

El asunto de ver, que candidatos actuales que acaban de terminar sus gestiones como funcionarios del panismo y el priísmo, y ahora van por Morena, indica que nada ha cambiado. Muestra que los lazos de corrupción se siguen extendiendo para amparar a quienes fueron miembros sobresalientes de antiguos regímenes, y ahora, con nueva careta, seguirán beneficiándose de nuestros recursos. Los líderes del partido en el gobierno, y los candidatos con un historial negro y antiguas ideologías, ya manejan el discurso y las actitudes del partido en el poder. Ahora se han vestido con un nuevo uniforme y marchan al ritmo que les exigen sus nuevos jefes sin mostrar ninguna preocupación, doblando la cerviz con gran maestría.

Los candidatos a las diversas posiciones en Tecate, como en el resto del estado, manejan las consignas de siempre, que hablan de una ciudad mejor fortificada, con los servicios públicos correspondientes y con las fuerzas el orden -léase policías- respetando la ley y protegiendo a la ciudadanía. Nada más falso e incongruente. No van a modificar nada. No van a limpiar las dependencias policíacas, ni mejorarán los servicios. No les importa la ciudad ni sus habitantes. Quieren el poder y los recursos financieros, para poder seguir escalando posiciones políticas. Ya lo estaremos comprobando en el mediano plazo. Vale.

* El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC