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Empresarios: ¿héroes o villanos de la democracia?

“La tibieza de muchos empresarios relajó el papel del contrapeso y la política se coló en lo más profundo del sector.”

“La tibieza de muchos empresarios relajó el papel del contrapeso y la política se coló en lo más profundo del sector.”

Mucho se ha debatido sobre el rol de los empresarios en la democracia; no es casualidad que para la oposición siempre resulte conveniente hablar bien de ellos, pero cuando están en el poder se les olvida, convirtiéndolos en blanco de ataques. Basta con recordar a Salinas, Calderón o Peña, impulsando reformas (engendros) fiscales en su desesperación por aumentar la recaudación sin tocar los privilegios de la clase política y las instituciones comparsa como partidos, sindicatos y hasta instituciones educativas. De López Obrador sobran las evidencias de su desEl precio o, en el mejor de los casos, su indiferencia con los emprendedores.

Históricamente, los organismos empresariales se constituyeron como contrapeso al gobierno, siempre al estilo del líder en turno; casos de valentía hay muchos, pero desafortunadamente la esencia cambió en los últimos años y, en muchos de los casos, se convirtieron en espacios para amarrar el contrato, el permiso, la licencia para operar, la proveeduría, la licitación a modo, la pauta publicitaria o el trato especial. La tibieza de muchos empresarios relajó el papel del contrapeso y la política se coló en lo más profundo del sector.

Ante el proceso electoral que tenemos de frente, ¿cuál debería ser el rol del sector empresarial? Yo veo cuatro:

1. Rol de Liderazgo: Dejar de lado la complacencia y ser líderes con determinación. Es hora de empoderar a los empleados y colaboradores para que ejerzan su derecho al voto con convicción y responsabilidad. Según datos recientes del INEGI en México, el 68% de la población ocupada en el país trabaja en el sector privado, mientras que el 12% lo hace en el sector público, es decir, para el gobierno. El restante trabaja por cuenta propia o en otros tipos de empleo. De ese tamaño es el peso del sector empresarial organizado.

2. Rol de Agitador: ¡Sí! No confundir el término con algo negativo, tomarlo literal: agitar para confrontar y confrontar para sacar lo mejor de todos.

3. Rol de Vigilante: Al ser el principal sector que contribuye económicamente al desarrollo, con el mismo peso debe constituirse como un ente fiscalizador, promotor de la denuncia, defensor de las instituciones ciudadanas, impulsor de la transparencia y facilitador de ideas para mejorar las finanzas del país.

El papel que desempeñan los organismos empresariales no es una tarea sencilla, ni mucho menos un escenario para satisfacer sus vanidades personales o buscar protagonismo en los medios de comunicación. Es lamentable ver cómo algunos líderes empresariales se desvían del camino, utilizando las redes sociales como si estuvieran haciendo campaña política para su futuro incierto.

No se escondan detrás de falsas apariencias y actitudes cobardes. No utilicen las instituciones que fueron creadas con un propósito claro: ser contrapesos y la voz colectiva de un sector que tiene una de las responsabilidades más nobles en la sociedad: impulsar la innovación, mejorar la calidad de vida de todos y generar empleo.

*- El autor es Director de Testa Marketing, investigación de mercados.