Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Tecnología / Lectura

¿Son mejores para nuestro cerebro los libros impresos o eBooks?

Probablemente algunos pensarán que los libros electrónicos son mejores porque podemos acceder a ellos en cualquier momento.

En vista de que estamos en una era digital, probablemente algunos pensarán que los libros electrónicos son mejores. Esto debido a que podemos acceder a ellos en cualquier momento e incluso llevarlos a cualquier lugar en la comodidad de nuestros bolsillos.

Pero, cuando se trata de aprendizaje, ¿realmente son efectivos? Según afirman estudios científicos, la lectura de textos impresos permite una mayor concentración. Incluso, facilitan que recordemos mejor lo que hemos leído. Esto sucede por las siguientes razones:

Los textos impresos involucran mayor uso de los sentidos

Al leer textos impresos, inconscientemente usamos la mayoría de nuestros sentidos e imaginación. Por tanto, a medida que vamos leyendo construimos escenarios e incluso elaboramos mapas mentales de forma más fácil que con los textos digitales. Esto sucede porque cuando usamos dispositivos multimedia tendemos a desconcentrarnos al visualizar un mensaje, chequear una notificación, estado de batería y cualquier otra actividad digital, indica Tekcrispy.

En ese sentido, las investigaciones indican que el aprendizaje generalmente es más exitoso cuando los textos están sobre un papel y no en una pantalla. “Los beneficios de la impresión se destacan particularmente cuando los investigadores pasan de plantear tareas simples, como identificar la idea principal en un pasaje de lectura, a otras que requieren abstracción mental, como hacer inferencias a partir de un texto. La lectura de textos impresos también mejora la probabilidad de recordar detalles, como ‘¿De qué color era el cabello del actor?’”

En varios niveles de educación, los textos impresos mejoran la concentración

Como mencionamos hace un momento, la lectura de textos digitales mejora el proceso de aprendizaje y conlleva mayor concentración porque no hay distracciones de por medio. Esta información fue corroborada por estudiantes de varios niveles de educación en la investigación titulada “La persistencia de la letra impresa entre los estudiantes universitarios: un estudio exploratorio”.

Los investigadores explican que las propiedades físicas del papel juegan un papel clave. Agregan que “con el papel, hay una imposición literal de manos, junto con la geografía visual de distintas páginas. Las personas a menudo vinculan su recuerdo de lo que han leído con qué tan avanzado estaba el libro o dónde estaba en la página”.

Hipótesis superficial

De igual modo, otro factor que puede influir en la forma cómo las personas procesan los textos digitales se asocia con el uso que se les da a las redes sociales. Por lo general, cuando ingresamos a las plataformas digitales visualizamos una serie de publicaciones sin profundizar en ellas.

Eso es lo que los investigadores de la lectura llaman “hipótesis superficial”. Según explican “las personas se acercan a los textos digitales con una mentalidad adecuada a las redes sociales informales y dedican menos esfuerzo mental que cuando están leyendo impresos”.


Si bien los estudios sugieren que los textos impresos mejoran el aprendizaje, la tecnología avanza y con ella los canales de enseñanza. De acuerdo al estudio, muchos estudiantes se niegan a completar lecturas asignadas, sean impresas o digitales. Es por ello que los audios y los videos están cobrando fuerza y se plantean como posibles sustitutos a los antiguos métodos de aprendizaje.

La investigación sobre el aprendizaje del video versus el texto se hace eco de lo que vemos con el audio. Por ejemplo, investigadores en España encontraron que los estudiantes de cuarto a sexto grado que leían textos mostraban mucha más integración mental del material que aquellos que miraban videos. Los autores sospechan que los estudiantes ‘leen’ los videos de manera más superficial porque asocian el video con el entretenimiento, no con el aprendizaje”, dice el estudio.

Es evidente que la lectura impresa mejora el aprendizaje. Sin embargo, no debemos descartar la enseñanza a través de audios, textos digitales y videos, puesto que también son esenciales. Solo debemos estar claros que así ofrezcan el mismo contenido, no se asimilan de la misma forma.

En esta nota