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La industria gamer estuvo a punto de desaparecer por culpa de este videojuego

La importancia en la calidad de los videojuegos no fue entendida en ese entonces por Atari.

La industria de los videojuegos es una de las más exitosas del momento, superando incluso a la del cine, sin embargo, esta historia estuvo a punto de ser muy diferente por culpa de una empresa y específicamente de un videojuego.

La historia de Atari es legendaria en el mundo de esta industria, con sus éxitos como Pong y su consola Atari 2600 que marcaron hitos en la industria. Sin embargo, su intento de capitalizar el éxito cinematográfico de la película "E.T., el extraterrestre" se convirtió en una tragedia que resonaría por décadas.

En un movimiento arriesgado, Atari desembolsó una asombrosa suma de $25 millones por la licencia de "E.T., el extraterrestre". Con una confianza ciega en la popularidad de la película, la compañía decidió apresurar el desarrollo del juego. Este apuro llevó a una fecha límite irracional de cuatro semanas para lanzar el juego al mercado, sin tener en cuenta las complejidades del diseño y desarrollo.

El juego, destinado a ser la joya de la corona de Atari, se convirtió en un laberinto incomprensible e injugable. La falta de tiempo y dedicación al proceso creativo produjo un producto final que dejó perplejos a los jugadores, alejándolos en masa en lugar de atraerlos.

Este error monumental ilustró, de manera clara y dolorosa, la importancia de la calidad en el desarrollo de videojuegos. Atari, famosa por su enfoque en la cantidad de títulos en lugar de su calidad, pagó el precio por su estrategia fallida.

Sobreproducción de unidades

El desastre no solo tuvo repercusiones financieras para la empresa. La sobreproducción del cartucho fue uno de los principales catalizadores de la crisis de 1983 en la industria de los videojuegos. Atari se encontró con millones de copias sin vender, una pérdida masiva de confianza del público y una situación financiera precaria que tuvo repercusiones en toda la industria.

El legado de este fracaso sigue siendo recordado como una advertencia para la industria del gaming. Más allá de la popularidad de una película, la calidad y la dedicación son los pilares fundamentales en la creación de juegos exitosos. La lección aprendida con este título, dejó una marca indeleble en Atari y en la industria en su conjunto, enfatizando que el camino al éxito no se basa únicamente en nombres famosos, sino en la excelencia en el arte y la ciencia de la creación de videojuegos.

Esta debacle se convierte en un hito, un recordatorio constante para la industria del gaming de que la calidad nunca debe ser sacrificada en el altar de las ganancias rápidas, una lección invaluable que, aunque costosa, sigue resonando en la mente de los desarrolladores y los aficionados a los videojuegos en la actualidad.

El Imparcial: imagen de artículo

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