Denise Dresser

Ni la investidura presidencial protege del abuso, ni el poder garantiza el respeto al cuerpo. Ser mujer en México es vivir con miedo.

Con las reformas de López Obrador y ahora de Claudia Sheinbaum, el Gobierno le entregó a Estados Unidos la macana con la cual golpearnos.

El FCE de Taibo reparte millones de libros baratos -a 12 pesos-, pero a un costo alto: la pluralidad.

Fox convirtió la Presidencia en un talk show. Marta Sahagún en un reality show. Calderón creyó que podía ganar legitimidad con balas. Doce años que pudieron cambiarlo todo y sólo cambiaron de manos la chequera

La desaparición del Fonden fue más que una decisión administrativa: Fue el emblema de una necedad.

Sheinbaum miente cuando dice en el Zócalo que “quien roba al pueblo enfrenta a la justicia”. No es así.

La 4T recrea un país donde se protegen más los actos del poder, que los derechos de las personas.

¿Acaso quienes hoy impulsan a Salinas Pliego no recuerdan que desafió el confinamiento durante la pandemia, mantuvo tiendas abiertas, y minimizó el riesgo del virus?

El caso de Adán Augusto López y Hernán Bermúdez Requena, recién arrestado en Paraguay, es paradigmático.

En México, décadas de dictaduras -personales y de un solo partido- dejaron tras de sí un país de ciudadanos imaginarios, clientes en vez de participantes.

Un bufón que ha contribuido a la degradación política e institucional del País.

Lo que validaron no fue una elección limpia. Fue un proceso marcado por irregularidades documentadas...

Reconozcámoslo: La pobreza en México disminuyó. Y eso importa. Punto.

La pregunta no es si habrá más casos como el de Gutiérrez Luna y Dato Protegido. La pregunta es cuántos aún no conocemos.

Como Ícaro, voló demasiado alto con alas hechas de privilegio, no de mérito. Se acercó tanto al sol del poder que se quemó.