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El Imparcial / Hermosillo / Historias de vida

Hermosillo: Tiene don Fernando 102 años de vida y enseñanzas

Considera el estudio un gran privilegio, por ello él y su esposa llegaron a Hermosillo cuando sus hijos entraron a la universidad

HERMOSILLO.- Don Fernando Montaño Dórame tiene 102 años de edad y un gran cúmulo de anécdotas y enseñanzas que comparte con gran familia.

Nació el 27 de febrero de 1919 en Agua Prieta, pero creció en la comunidad de San Miguel de Bavispe, y cuenta que llegó a la capital sonorense porque deseaba que sus hijos estudiaran una carrera en la Universidad de Sonora.

Pero el interés que tiene don Fernando por la educación no sólo lo trajo a radicar a Hermosillo sino a ocupar cargos públicos y remodelar escuelas en tiempos en que los estudios no eran bien vistos por caciques de los pueblos.

Vivió momentos difíciles en la época de los cristeros; cuando llegaron a Agua Prieta él se unió con las personas que escaparon hasta llegar a San Miguel de Bavispe, ahí él tenía parientes que eran propietarios de tiendas de abarrotes.

Vivía con ese primo que tenía una tienda, iba a la escuela y ayudaba en la tienda y aprendí ahí algo y me servía mucho lo que aprendía en la escuela y practicaba ahí en la tienda, la balanza, los números y todo, relata.

A los 17 años manejaba este oficio a la perfección, su habilidad para comprender los números, el trato con los proveedores y clientes pronto lo hicieron un dependiente cotizado hasta llegar a trabajar en un rancho de Esqueda, propiedad de una familia que tenía varias tiendas.

Cuando ya estaba en El Tigre (una comunidad minera) fue la última vez que trabajé con ellos, ahí llegué cuando tenía 17 años, añade, un día me cayeron de madrugada porque ya la habían vendido o lo iban a vender porque sabían que ya estaban quebrado.

A los 21 años recuerda que juró ser su propio jefe y con la liquidación que recibió quería instalar su negocio en su natal San Miguel, pero por consejo de un pariente, con quien conoció este oficio, la puso en Bacerac en 1940 y es aquí donde el hombre de los 102 años trascendió.

Comentó que puso el negocio de sus sueños, con poca mercancía sobre los estantes, pero gracias a que conocía a los proveedores, ellos le dieron la confianza y le surtieron de productos a pagos a plazo.

Don Fernando se hizo el dueño de una de las tiendas más grandes de este lugar y después conoció a su Gertrudis Bermúdez con quien contrajo nupcias, y hace 3 años murió.

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Ya nos conocíamos porque yo vivía en San Miguel y su familia también, cuando volví para allá ya estaba en Bacerac, y su papá era ranchero, tenía buen ganado y una tienda también. Anduve noviando por aquí y por allá y por más allá, pero dije esta es la mía, comenta.

Luego se desempeñó cargos públicos como recaudador de renta del Estado y después al ganarse el cariño la comunidad logró ser alcalde de Bacerac.

Entre sus logros destacó el haber independizado como municipio a Huachinera, ya que antes de su mandato era una comunidad de Bacerac, y hacer una importante remodelación en la escuela primaria y secundaria a pesar de que los caciques de aquel tiempo no querían.

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LLEGA PARA QUEDARSE

Indica que al crecer sus hijos decidieron continuar sus estudios de preparatoria y universidad en la capital sonorense, así que el hizo negocios con otro comerciante de Agua Prieta, pero las cosas no salieron como lo planeó.

Al estar sus hijos en Hermosillo y él en la ciudad fronteriza, toma la decisión de emprender la aventura en la Ciudad del Sol, así que vendió todo lo que tenía para hacer vida en la capital sonorense y a aquella suerte que le había acompañado durante su vida, regresó.

Estaban aquí las dos muchachas mayores y le dije a mi mujer, vámonos para acá, ya se iba a venir Moisés (otro de sus hijos) a batallar todos juntos y nos venimos acá Hermosillo.

Con su genialidad y su buen nivel crediticio construyó su casa a sólo 400 pasos de la Biblioteca y Museo de la Universidad de Sonora.

Además hizo departamentos de renta que aún los conserva y administra y les dio una carrera a cada uno de sus 10 hijos, quienes a su vez también han tenido hijos y nietos que han seguido el legado de estudiar en el Alma Mater.

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¿CONSEJOS?

El consejo que da don Fernando a los jóvenes, es que no fumen, no sean borrachos habituales y que no caigan en adicciones y si tienen el privilegio de estudiar que lo hagan.

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