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El Imparcial / Hermosillo / Retos y Oportunidades Industria de la Construcción

Arquitectura basada en emociones

La neuroarquitectura recoge elementos científicos para construir edificios que a su vez sean sostenibles y potencien las capacidades de las personas.

Una persona suele pasar la mayor parte del tiempo dentro de edificios, ya sea en casa o su lugar de trabajo, por lo que la arquitectura de estos sitios incide en múltiples aspectos de la vida humana.

La arquitectura es una disciplina que va más allá de construir inmuebles y estudiar los espacios de cualquier edificación pública, privada, chica, grande o de cualquier tipo, ya que lo primordial es que las personas se sientan cómodas en ellos.

Si bien desde sus inicios, tanto la arquitectura como ciertas ingenierías persiguieron el fin de crear espacios placenteros y relajados, en los últimos años estas técnicas se han acoplado a la ciencia.

Así surgió la neuroarquitectura, explicó Myrna Susana Beltrán: conjunción que de la mano con científicos estudia la manera de entender cómo el entorno modifica las emociones, pensamientos o conductas.
La ingeniera civil experta en construcción, bioarquitectura y medio ambiente, así como diseñadora de muebles y espacios, destacó que en ese sentido la neuroarquitectura está estrechamente ligada a la arquitectura sostenible.

El proyecto

De gusto por los ambientes tranquilos y cercanos a la naturaleza, Mirna tuvo un plus para construir la que ella llamó Casa Pueblo Dorado: su hija enfermó de epilepsia en una etapa de su vida y decidió darle un espacio que favoreciera su recuperación.

"La bioarquitectura fue el inicio para vivir en un ambiente sustentable y ¿qué necesitaba para hacerlo?, pues construir con materiales que fueran amistosos con la naturaleza, por eso hice esta casa con mucha madera de pino de replantación", detalló.

Fue entonces que conjugó la bioarquitectura con la neurología, que consistió en buscar la orientación de la luz, evitar el calor mediante sistemas de aislamiento térmico, la ubicación de las ventanas, espacios abiertos y pasillos amplios.

Myrna quería que la percepción dimensional donde viviera su hija le diera ese confort acompañado de la percepción lumínica, dado que la luz natural influye de manera positiva en las personas.

"Para el ser humano no hay nada mejor que la luz natural, busqué crear ambientes donde puede abrir ventanas y que haya flujo de aire a través de los pasillos", apuntó; "las ventanas, las orientaciones de la sala, traté de hacer un ambiente donde estuviéramos confortables".

Bioarquitectura y emociones

Es así que la importancia de la bioarquitectura, dijo Myrna, radica en crear sitios donde las personas disfruten vivir y trabajar.

La casa es muy confortable, orientada al Sol; la percepción dimensional, lumínica, que estás dentro de la casa y pareciera que estás también afuera, en el campo, si caminas descalzo obtienes una sensación que te beneficia los sentidos", destacó.

Por su parte, la neuroarquitectura está relacionada con las emociones y los sentidos y en la Casa Pueblo Dorado, la dimensión dice que estás dentro de la habitación, pero al mismo tiempo inmerso en la naturaleza.


Los cinco elementos
Hay cinco tópicos que según los expertos, son esenciales para trabajar con la neuroarquitectura:

Iluminación
Atrae al ser humano y le guía en su experiencia; la luz natural ayuda a la concentración de las personas y genera un ambiente más amable que la luz artificial, además de que acerca a los individuos con el exterior de sus espacios.

Zonas verdes
Estrés y disminución de la productividad son los efectos principales de estar encerrados, por lo que junto con la luz natural, el contacto del humano con zonas verdes ayuda a abrir la mente, aumenta la concentración y favorece la calma.

Techos
Algunos estudios científicos muestran que su altura influye en la concentración y actividades, por lo que los techos altos se consideran adecuados para las tareas más creativas, en tanto los bajos favorecen un trabajo más rutinario.

Colores
Influyen y condicionan el estado de ánimo: la neuroarquitectura estudia su efecto en el cerebro, para emplearlos de manera eficiente; los tonos cercanos a la naturaleza como verdes, azules y amarillos reducen el estrés y aumentan el confort.

Elementos arquitectónicos
Las formas y los ángulos que se emplean en los diseños arquitectónicos también inciden en el cerebro humano; los espacios rectangulares son entendidos como edificios menos agobiantes que los cuadrados, que provocan sensación de encierro.

Fuente: Arquitecturasostenible.es.

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