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Política de fantasía…

Cuando parece que ya no se puede más, el presidente Andrés Manuel López Obrador se las ingenia para ofrecer otro escándalo. Vean la semanita que acabamos de pasar…

Cualquier estratega político en el mundo estaría al borde de la locura. Quién puede creer, entender o simplemente analizar la cantidad de errores que se acumulan semana tras semana alrededor del Presidente. Cuando parece que ya no se puede más, se las ingenia para ofrecer otro escándalo. Vean la semanita que acabamos de pasar…

1. El señor Presidente se dice convencido de que la curva de contagios está aplanada. Podemos pensar que tiene un serio problema con la geometría porque esta semana tuvimos los días récord en contagios y pasamos, por mucho, de los 20 mil muertos. Le urgía salir de gira a empezar su campaña para el 21, pues se le escapa el control del Congreso. Por eso prefirió exponerse a los gritos de señoras en Veracruz (“a nosotras no, pero a la mamá del Chapo sí”.

2. La primera dama que dice no ser primera dama salió más poderosa (peligrosamente poderosa) que Marthita, Margarita, Carmen Romano y “la compañera” Esther juntas. Un tuit donde exigía disculpas al “youtuber” Chumel Torres porque le puso un apodo a su hijo, ocasionó que se cancelara un foro sobre discriminación del Conapred, que el Presidente le pidiera la bola a la directora del organismo, decidiera “matar” al Conapred y, ya entrados en gastos, que HBO suspendiera temporalmente a Chumel. Nunca una primera dama había logrado tanto con un solo movimiento. Dio un golpe a la libertad de expresión y lo chistoso es que le molesta el apodo a su hijo y no los dislates de su marido, quien hasta le dijo Borolas a un ex Presidente.

3. AMLO agarró otra vez pleito con la madre patria. Los acusó de corruptos porque exoneraron al ex rey Juan Carlos. Nadie le dijo que en ese “corrupto” país está preso Iñaki Urdangarín, esposo de la Infanta Cristina, por lo tanto cuñado del actual rey. Y la acusación la lanzó el mismo que ni siquiera ha acusado de algo a Peña Nieto, que exoneró a la familia Bartlett y esta semana hizo lo mismo con Cuauhtémoc Blanco e Irma Eréndira Sandoval con todo y esposo. Vaya, vaya.

4. De manera extraña declaró que él ordenó que soltaran a Ovidio Guzmán, el pasado 17 de octubre. El extremo al que llega con tal de que ya no se hable de los excesos de su esposa. Eso lo hace quedar como mentiroso y deja en entredicho a Alfonso Durazo, quien habría mentido ante el Senado de la República. Por cierto, dicen que Durazo anda organizando su equipo de campaña para Gobernador de Sonora, pero no es capaz de aparecerse para ver qué se puede hacer en Caborca, que ahora mismo es tierra de nadie. Incongruencia en su máxima expresión.

5. Despidió a la directora del CEAV porque lo solicitaron familiares de víctimas. ¿Eso significa que si los familiares de quienes han muerto ante el crimen organizado piden las cabezas de Durazo y Sandoval se los va a cumplir? Porque ambos han sido un fracaso en la “estrategia” de combate a la inseguridad.

6. Ahora amenaza con apoderarse del INE y ser el guardián electoral. Perdón, señor, pero ya tenemos un organismo dedicado a eso y los ciudadanos nos cuidamos solos. Su ansia de poder no tiene límites. Ahora resulta que ha habido fraude siempre, menos en el 2018... qué conveniente.

Ah, y se niega a hablar con el jalisciense Enrique Alfaro “para no hacer un escándalo”. Jajajajaja. Aunque, bueno, tampoco ha hablado con el resto de los gobernadores. México, creo en ti.

Tormenta en el paraíso

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