La carga de llevar un problema visible
Lo cierto es que vencer la obesidad no es solo cuestión de voluntad, es un problema de causas multifactoriales.
“Si sigues así de gorda nunca te vas a casar”, le dijo un padre a su hija frente al resto de la familia, mientras ella comía un trozo de pastel, rompiendo así la eterna dieta.
“Me llené de vergüenza”, me confesó ella, quien tenía 30 años en ese entonces. Y no era una exageración lo que ella sentía.
Aunque todos hemos enfrentado batallas, ya sea por problemas familiares, de pareja, financieros o a raíz de algún miedo, normalmente lo hacemos en privado, pero la lucha contra la obesidad es una batalla pública porque es visible.
Y debido a que se nota cuando alguien gana o pierde peso, como sociedad nos hemos atribuido inmerecidamente el derecho a opinar sobre un territorio tan privado como lo es el cuerpo ajeno, así que se les suele decir a los otros qué hacer, con quién ir o palabras como “cuídate”, “quiérete”, “estás muy joven para tener tanto peso”.
Quien “aconseja” de este modo, escondido en sus buenas intenciones, está lanzando una bomba emocional a la persona que tiene obesidad, ya que primero la humilla y luego la hace sentir obligada a dar explicaciones: “Es que pido postre porque estoy en mi día libre”, “normalmente esta no es mi talla, ahorita porque estoy pasada de peso”.
Como si además de todo lo que se padece faltara rendir cuentas de un asunto tan personal. Lo cierto es que vencer la obesidad no es solo cuestión de voluntad, es un problema de causas multifactoriales.
Casi siempre se juzga a las personas con obesidad, automáticamente se da por hecho que son flojas o que no se quieren. Si tienen a un familiar o a un amigo en esta situación y desean apoyarlo, en primer lugar deben documentarse sobre la obesidad y entender que es algo serio a resolver, incluso a nivel mundial, y que tiene que ser de la mano de profesionales de la salud.
En segundo lugar, tienen que pensar que la manera de abordar la problemática puede afectar directamente las emociones; es decir, traten de ser empáticos, pacientes, amorosos…
Quien tiene obesidad no ha sabido cómo resolver el conflicto, más eso no significa que no haya querido hacerlo antes.
Y en tercer lugar, no olvides que el apoyo mutuo, la aceptación y la inclusión son la fuerza más poderosa para quien toma una decisión positiva en lo individual se mantenga.
Así que, si alguien te pide una opinión sobre su peso, hazlo con respeto y sobre todo anteponiendo el corazón, si no te la pide, por favor no se la des, esa es la mejor forma de ayudar.
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