Recomiendan establecer veda del callo de hacha

Debido a la sobreexplotación del callo de hacha que en los últimos años se ha registrado en los mantos acuíferos de Sonora, el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca) aconsejó establecer un periodo de veda de cuatro meses, misma que entrará en vigor este año.

A través de la página oficial, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) dio a conocer la recomendación que la Conapesca le emitió y que salió publicada hace unos días en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

La Opinión Técnica No. RJL/Inapesca/Dgaipp/1924/2016 recomienda el establecimiento de una veda durante el periodo del 1 de julio al 30 de noviembre de cada año, segúnel comunicado.

Se detalló que tres de las cuatro especies de callo de hacha se encuentran en la región de Bahía de Kino, y según el monitoreo que se realizó, las especies presentaron una variación anual considerable, por ello es necesario establecer medidas que fortalezcan el ciclo reproductivo y así garantizar los niveles de población.

Se reveló que en 2012 fue el año en que el nivel de producción alcanzó el punto más elevado y a partir de ahí se ha registrado una disminución considerable que afecta a la especie y al entorno.

En el informe se mencionó que en el litoral del Océano Pacífico, la producción de callo de hacha la encabeza Sonora con el 54.46%, seguido por Baja California Sur, con el 19.61%; Sinaloa produce el 16.42%; Jalisco y Nayarit el 3.88%; Guerrero el 1.67%y el total de producción de los estados de Baja California y Colima suman el 0.44%.

Luis Fernando Enríquez Ocaña, coordinador de la licenciatura en Biología de la Universidad de Sonora, explicó que la fauna marina en cualquier litoral del mundo no es infinita, por lo que la sobre producción de cualquier especie corre el riesgo de desaparecer, incluyendo el molusco conocido como callo de hacha.

"De extraerse, sino la totalidad, una parte considerable, se corre el peligro de que el organismo no reponga la siguiente generación de animales, que no logre reproducirse por al captura intensa que pudiera haber obtenido", indicó.

La veda es una acción que impone autoridad, dijo, bajo un reglamento para que el producto se capture en cierta temporada permitiendo que haya reproducción del organismo y así los de la nueva generación tengan la oportunidad de sobrevivir a una segunda pesca.

"Las prohibiciones implican no solamente poner una fecha de prohibición de captura o pesca, sino también poner normas en el sentido de las tallas que se van a capturar en la temporada de pesca.

Es decir, se impone el tamaño o la talla de los moluscos capturados.

"Si el producto es menor al tamaño establecido", añadió, "se corre el riesgo de que esas poblaciones puedan reproducirse y que los bancos de moluscos desaparezcan".

El investigador y catedrático resaltó que la preservación de cualquier especie, en este caso del callo de hacha, dependerá de la buena voluntad de los pescadores y de su sentido de responsabilidad, ya que el respetar las alertas ecológicas ayudará a preservar la especie.

"En Sonora hay muchos ejemplos en los cuales poblaciones o bancos naturales han sido acabados totalmente, de tal suerte que durante uno, dos o cinco años", reiteró, "han estado produciendo, por ejemplo callo de hacha, pero la pesca ha sido tan intensa que ya no puede recuperarse".

Enríquez definió que existe un segundo tipo de veda de tipo sanitaria, que se emiten cuando existen las mareas rojas, en las cuales existen altas proliferaciones de algas de las cuales se alimentan organismos consumidos por el ser humano, ponen en riesgo su salud.

"Las toxinas o los productos nocivos que las microalgas producen esas mareas rojas pasan a los tejidos del ostión, del callo de hacha o de otros moluscos y los acumula", apuntó, "si se pesca en ese momento y después se lleva a la ‘carretita’ de venta, y cualquiera compra esos moluscos, van a sufrir una complicación, en unos casos hasta la muerte".