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El Imparcial / Hermosillo / Mercado Municipal de Hermosill

Comparte Sonora en sus artesanías

En medio del Mercado Municipal de Hermosillo, se encuentra una tienda dedicada a expandir por México y el mundo la tradición sonorense: Con una coyota o una figura de palo fierro, los visitantes que se acercan a diario, se llevan un pedacito de esta tierra.

"Regalos y Detalles de Sonora" es una tienda de artesanías con más de 20 años de historia en el Centro de la capital, donde entre el ajetreo de un mercado de verduras y carnes, venden productos regionales, recuerditos y arte popular de las etnias sonorenses.

Aquí, Carmen Sifuentes, su propietaria, se encarga de conocer la historia de cada una de las piezas que vende, para poder compartir la información a los visitantes locales y extranjeros que se acercan, en la búsqueda de la revalorización de las tradiciones de la región.

"Esto es bonito porque se vende lo típico del Estado y yo tengo que saber para poder decirle a la gente qué significa, de dónde viene, qué es y para qué sirve", explicó Carmen, "porque si no sabes, la gente se va sin saber ‘qué ondas’; para todo esto, yo les pregunto directamente a los artesanos Seris, Yaquis y Mayos".

Obleas, jamoncillos, carne machaca, chiltepines y salsas, así como portavasos, llaveros y vasitos tequileros, además de figuras de palofierro, pulseras y collares de la etnia seri, sonajas y máscaras para danzante de venado y pascola se encuentran en sus aparadores.

"La gente que conoce de esto no regatea el precio, porque sabe el trabajo que lleva, lo que cuesta hacer cada pieza", destacó Carmen, "pero la gente que no sabe, te pregunta cuánto le descuentas, pero no, les digo que se fijen, que valoren el trabajo.

"No es por no darlo barato, más bien se trata de que se llevan el trabajo de alguien; por ejemplo, los que trabajan el palo fierro se cortan hasta los dedos de tanto lijar y tallar, pero afortunadamente sí hay personas que toman todo esto en cuenta", detalló la vendedora.

Cuando iniciaron con la tienda, Carmen y su familia sólo tenían una vitrina y la gente los tachó de locos, porque pensaban que el negocio no prosperaría, sin embargo, con los años demostraron lo valioso de su trabajo y ahora reciben visitantes de todos los rincones del mundo.

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