El “nearshoring”… ¿sólo un espejismo?
Las inversiones tanto extranjeras como nacionales no nos caerán del cielo nada más porque tenemos buena ubicación geográfica...

La respuesta de si el “nearshoring” es sólo un espejismo o una realidad en Sonora, depende de lo que haga el Gobierno estatal, los empresarios, el sector educativo y también la sociedad civil.
Las inversiones tanto extranjeras como nacionales no nos caerán del cielo nada más porque tenemos buena ubicación geográfica y porque somos una ciudadanía muy agradable.
Éstas fluirán a nuestro favor y con fuerza si los diversos sectores sonorenses actúan en equipo y ‘se ponen las pilas’ atendiendo las demandas de quienes tienen el dinero y manejan planes serios de relocalizar parte o la totalidad de sus operaciones productivas.
¿Qué demandan los grandes inversionistas?
En términos generales piden energía limpia, alta disponibilidad de agua, talento –sobre todo técnico-, seguridad, conectividad, cruce ágil a Estados Unidos y cero drama regulatorio.
También solicitan proveedores locales competitivos que reduzcan la dependencia con productores de Asia y otros continentes.
Esta última demanda es clave, pues tiene que ver con la integración nacional.
Si esta petición se cumple al pie de la letra en Sonora, el PIB estatal se verá notoriamente beneficiado por los nuevos capitales que aterricen en el Estado y consecuentemente el empleo crecerá al igual que el nivel de los salarios.
De ser así, el “nearshoring” estará impactando favorable y significativamente a la economía estatal y regional, y las tasas de crecimiento anual de la economía sonorense podrán ser históricas (por arriba del 5%) a partir del mediano plazo.
En contraste, en el caso de que Sonora no atienda las peticiones de la Inversión Extranjera Directa (y de la nacional con planes de ubicarse en otras plazas) y además no pueda documentar todo con evidencia (no discurso), el Estado quedará fuera del “nearshoring”.
En esta ecuación juega un importantísimo papel la certidumbre jurídica, que es la condición de previsibilidad y estabilidad de las leyes.
La certeza jurídica se logra dentro de un Estado de Derecho, ya que este último garantiza que las leyes sean claras, se apliquen de forma igualitaria y sean previsibles, permitiendo a las personas conocer las consecuencias de sus acciones.
En un marco judicial transparente y con un Gobierno de contrapesos, la incertidumbre le cede el paso a la certidumbre, a la confianza.
Bajo tales ingredientes Sonora puede hacer milagros en lo económico, pero con la salvedad de que tiene que superar a las demás entidades mexicanas en la competencia por ganarse las nuevas inversiones que vienen de afuera y que también se mueven en el interior del País.
¿Qué estados mexicanos pelean por los grandes capitales productivos?
De entrada están los que forman parte del ‘Bloque de la Frontera Norte’.
Estos son los seis que hacen vecindad con Estados Unidos: Sonora, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
La fortaleza de estas entidades está en la manufactura dura y, obviamente, en la integración inmediata con el mercado más grande del mundo.
El Estado de Nuevo León es el que marca la pauta en la pelea por los capitales que se mueven en la burbuja del “nearshoring”, le sigue Coahuila y después Baja California.
Sonora aparece a la mitad de la tabla, superando a Chihuahua y a Tamaulipas.
¿Qué hacer para sobresalir? Ofrecer paquete llave en mano, esto es: Energía lista, tierra, proveedores y atractivos apoyos fiscales.
Sonora no puede competir sólo con “mano de obra barata”; su oferta diferenciada tiene que ser: Energía limpia garantizada (Plan Sonora, solar, hidrógeno).
Adicionalmente, debe ‘venderse’ la megarregión Arizona-Sonora como certificación binacional de calidad, seguridad y logística inmediata a los mercados de la Unión Americana. También los encadenamientos locales en sectores de alta complejidad tecnológica (semiconductores, aeroespacial, electromovilidad).
Cabe aclarar que en la competencia por el “nearshoring” aparecen además entidades del otro lado como: Arizona, Nuevo México, California y Texas.
¿A qué juegan los estados sureños de EU?
Al control de cruces fronterizos, a la disposición de parques industriales binacionales y a las aduanas especializadas. De entrada Texas y Arizona se promocionan como puertas de entrada al mercado norteamericano para empresas asiáticas y europeas que ya no quieren depender de China.
Nuevo México se está posicionando como eslabón tecnológico (semiconductores, electrónica avanzada) con apoyo estatal directo a nuevas plantas industriales y manufactura especializada.
La pelea por las inversiones es encarnizada y la tendremos perdida si el Gobierno del Estado le sigue solo por su lado sin coordinación real con el sector productivo, la academia y la sociedad civil. En este caso, predominará el espejismo.
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