Hacia las alturas
Cuando el papa San Juan Pablo II beatificó a Pier Giorgio, lo llamó “el joven de las ocho Bienaventuranzas”, porque supo vivirlas.

VOZ DEL PAPA
1) PARA SABER
“Hacia las alturas” es el lema que repetía San Pier Giorgio Frassati, canonizado junto a Carlo Acutis el pasado 7 de septiembre por el papa León XIV.
La frase tiene doble sentido: uno, porque Frassati era un ávido alpinista, y la usaba en el esfuerzo por llegar a la cumbre de la montaña; y por otra parte, significa dirigirse a las alturas de la santidad, caminar con empeño hacia el Cielo, hacia Dios.
En la última fotografía que le tomaron mientras escalaba, con el rostro dirigido a la meta, había escrito: “Verso L’Alto” (Hacia las Alturas). Frase que han tomado muchos jóvenes, inspirados por Frassati, que buscan alcanzar la cima de la vida eterna con Cristo.
2) PARA PENSAR
Pier Giorgio Frassati nació el 6 de abril de 1901 en Turín, Italia. A los 17 años se unió a la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Era de una familia adinerada: su padre fundó y dirigía el diario La Stampa. Ello no impidió que dedicara su tiempo al servicio de los pobres y enfermos, así como a ex combatientes de la Primera Guerra Mundial.
Muy joven contrajo poliomielitis, tal vez por contagio con los enfermos, y falleció a los 24 años en 1925.
El milagro aceptado para su canonización fue la curación inexplicable de un seminarista mexicano de la Arquidiócesis de Los Ángeles en Estados Unidos: Juan Manuel Gutiérrez.
Durante un juego de baloncesto sufrió un desgarro en el tendón de Aquiles. El médico recomendó cirugía lenta y dolorosa. Angustiado, rezó una novena a Pier Giorgio, también deportista.
Contó: “Estaba en la capilla llorando mientras rezaba y sentí un calor tremendo en el tobillo, luego la desaparición total del dolor”. El cirujano le dijo: “Debes tener a alguien en el cielo que te quiere; el desgarramiento ha desaparecido”.
Juan Manuel pudo reanudar inmediatamente el deporte y afirmó: “La oración funciona: los santos pueden ayudarnos con nuestras necesidades y siempre hay alguien que escucha nuestras plegarias”.
3) PARA VIVIR
Cuando el papa San Juan Pablo II beatificó a Pier Giorgio, lo llamó “el joven de las ocho Bienaventuranzas”, porque supo vivirlas.
Dio testimonio del amor a Dios con su alegría, su oración, su amistad y su caridad. Repartía ayuda por las calles de Turín, tanto que sus amigos lo llamaban “Empresa de Transportes Frassati”.
Ambos santos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, tenían gran devoción por la Virgen María y los santos, practicaban generosamente la caridad y valoraban la confesión frecuente.
El papa León dice que son una invitación a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia las alturas como una obra maestra.
Pier Giorgio decía: “Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final”. Una fórmula sencilla pero segura de santidad, que podemos imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del Cielo.
José Martínez Colín es sacerdote, ingeniero (UNAM) y doctor en Filosofía (Universidad de Navarra).
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