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La parálisis del alma

El Papa nos invita a pensar en las situaciones en las que nos sentimos “bloqueados” y encerrados en un camino sin salida...

José  Martínez Colín

VOZ DEL PAPA

1) PARA SABER

“Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años” (Abraham Lincoln, presidente estadounidense). Por ello importa no perder la esperanza, o como se dice: Más que contar los días, hay que hacer que los días cuenten. El papa León XIV quiso detenerse en un personaje que había perdido la esperanza y es caracterizado en los Evangelios con la imagen de la parálisis. Siguiendo con la contemplación de Jesús que sana, el Papa nos invita a pensar en las situaciones en las que nos sentimos “bloqueados” y encerrados en un camino sin salida, cuando nos parece que es inútil esperar y no se tienen ganas de luchar.

El Papa reflexionó en la sanación de un paralítico, narrada por San Juan en el quinto capítulo de su Evangelio: Jesús se detiene donde había muchos enfermos que eran excluidos del Templo por considerarlos impuros. Había allí una piscina cuyas aguas eran consideradas milagrosas: Se creía que cuando el agua se agitaba, quien primero se zambullía, se curaba. Jesús se dirige a un hombre que está paralizado desde hacía 38 años, quien ya está resignado, porque no logra sumergirse en la piscina cuando el agua se agita. También a nosotros nos puede paralizar la desilusión. Cuando nos sentimos desanimados y con el riesgo de caer en la dejadez. Pero Jesús sale a nuestro encuentro dispuesto a curarnos.

2) PARA PENSAR

Las causas de la desilusión son diversas: Fracasos, errores, equivocaciones, etc. Pero lo que importa es saber responder sin dejarse abatir. Un ejemplo nos lo da un personaje que supo de derrotas: A los 31 años fracasó en los negocios; al año siguiente perdió como candidato a la Cámara legislativa; a los 35 se murió su novia; a los 36 sufrió un colapso nervioso; a los 38 volvió a perder unas elecciones; a los 43 no logró ser congresista ni tampoco a los 46 ni a los 48; quiso ser senador a los 55 y fracasó; a los 56 intentó ser vicepresidente sin lograrlo; a los 58 fue derrotado y no salió senador. Pero a los 60 fue elegido presidente de los Estados Unidos. Se trata de Abraham Lincoln.

3) PARA VIVIR

Jesús le pregunta al paralítico si quiere curarse. Una pregunta que parece superficial, pero es necesaria, dice el Papa, porque a veces preferimos permanecer comoenfermos, obligando a los otros a ocuparse de nosotros. O es un pretexto para no decidir qué cosa hacer con nuestra vida. Jesús reconduce a este hombre a su deseoveraz y profundo.

A su parálisis física se agregaba una peor: La parálisis de la desesperanza. El paralítico desanimado responde que no tiene hombre que lo ayude. San Agustín comenta que ese hombre que necesitaba ya llegó, es Jesús. Es el que todos necesitamos para ser curados, sobre todo si perdemos la esperanza, estamos desanimados y dejamos de luchar. Pero aquella piscina se llamaba Betzatá (o Betesda), que significa “casa de la misericordia”.

Y, dice el Papa, que podría ser una imagen de la Iglesia, en donde los enfermos y los pobres se juntan y a donde el Señor misericordioso llega para sanar y dar esperanza a todos. Jesús nos invita a levantarnos y caminar con esperanza hacia la vida nueva que Él nos ofrece. ¡Pidamos regresar a vivir en el Corazón de Cristo que es la verdadera casa de la misericordia!

José Martínez Colín es sacerdote, ingeniero (UNAM) y doctor en Filosofía (Universidad de Navarra).

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