Análisis y Acción
De mañana al lunes hay cambio en dirigencias públicas. Destacamos la gubernatura de Sonora con Claudia Pavlovich y la presidencia de Hermosillo con Manuel Ignacio “Maloro” Acosta. Esperamos de ellos los mejores resultados posibles. No nos invade anticipadamente el espíritu navideño ni minimizamos el problema financiero que brinda poca o nula capacidad de maniobra; ni las urgencias de levantar los decaídos servicios públicos; conscientes también de la difícil realidad económica que pasa México. El optimismo es indispensable para renovar el espíritu de lucha hoy “bocabajeado”, que nos llevará a sortear el escenario adverso. Si queremos más oportunidades, infraestructura, seguridad, calidad educativa, inversión social, mejores servicios públicos, etcétera, apelamos a este positivo ánimo y confiamos en la apuesta democrática; y que los beneficios de sus gestiones llegarán a todos por igual. Les recordamos, sin embargo, que un líder verdadero reconoce su obligación ética de construir, basándose en necesidades reales y las esperanzas del ciudadano común, no en las coyunturas presentes de su proyecto político. Y por supuesto, sobre los intereses particulares de grupo o los propios. Sus equipos de trabajo Gran error también si desde ya no imponen que sobre el principio de lealtad hacia sus compañeros de gestión pública, está el interés de quienes los eligieron. Nuestros gobernantes deben presentar resultados y lejos de apelar a la solidaridad y comprensión de los grupos sociales en tiempos difíciles, tener claro que ellos son los que resultaron electos, no sus funcionarios. Por lo tanto se infiere cuál fidelidad es la suprema. La situación se complica porque en cada dependencia se integrarán conformando grupos políticos que nada hacen por trabajar en equipo o coordinarse con otras áreas; atienden proyectos particulares definidos. Puede ser sencillo de entender, pero los grandes fracasos de gobernantes se fincan al descuidar los límites de tolerancia hacia los errores y abusos de sus subordinados. También deben evaluar compromisos de partido o grupos que se sienten con más méritos y más derechos que el que los reclaman, el ciudadano que los llevó al poder bajo el principio democrático del voto. Con visión de futuro El gabinete designado por la Gobernadora quizás con una o dos excepciones, ha sido bien recibidos por la opinión pública. En el caso del Ayuntamiento de Hermosillo algunos comentan que será un “dream team”. En ambos inferirimos que en general se ha hecho una selección responsable. Permítanos pues optar por esta coyuntura al optimismo, ante la toma de posesión de Claudia y el “Maloro”. Por lo expuesto y porque hemos constatado desde tiempo que cuentan con sentido social (tan desvalorizado en nuestro tiempo) mismo que anteponen como norma en su quehacer público. En esta nueva historia, prestos a las aportaciones realistas de la sociedad civil y sus gobiernos. Esperemos que erradiquen problemas endémicos. Con visión de futuro tras los objetivos superiores de los habitantes de Hermosillo y de todo Sonora.
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