Análisis y Acción
En el debate del martes, los candidatos a la gubernatura exaltaron los pecados del contrario en aras de minimizar los propios. Como el viejo truco para despistar a la Policía y gritar: ¡Allá va el ladrón! ¿Nos tocará a esta generación de sonorenses votar por una gestión gubernamental que administre de manera “honesta y sin mácula” como juraron los siete candidatos? Se vale soñar. No es la corrupción una fatalidad insalvable. Lo que desanima es ver a los siete (y más a los cinco con nula posibilidad de triunfo) en actitud sobreactuada, juzgando “los delitos de uno y las ilegalidades del otro…mientras no sean de los nuestros”. Inferimos que ya todos tazaron las deshonestidades de sus “compañeros de partido”, quienes se cubren con la misma cobija. Tropelías registradas en la opinión pública (aquel de las ligas, por ejemplo) en nivel de “inocentadas”. Así pues, finalmente, para el ciudadano común, la alharaca vista en el debate resulta un claro indicio de que la corrupción como tal “les vale”. Entonces, ¿cómo gobernarían? Estamos conscientes de que en un régimen democrático, la transparencia y la rendición de cuentas son pilar de la confianza del ciudadano. En el evento de Ciudad Obregón, sin embargo, esperábamos que sin mucho aspaviento, alguno se comprometiera a brindar mayor eficiencia, así como justicia pronta a las demandas ciudadanas contra los corruptos, costumbre tan arraigada en los políticos de todos los partidos. A construir un Gobierno con y para el ciudadano, de bases sólidas para lograr la recuperación ética de la sociedad sonorense en todos sus niveles: Vida política, actividad económica oficial y privada, así como en su gestión de Gobierno. “Muy honrados”, pero… El debate desatendió amenazas que ciernen ante el próximo Gobierno a partir del 2016. La caída de la mitad del ingreso petrolero en el País y la consecuente disminución de flujos a las entidades, por ejemplo, generarían una situación de deuda y finanzas estatales incontrolable. Se centraron en el tema de corrupción en más del 80%. Tan monotemático como la propia campaña política que sufrimos diariamente los sonorenses. Menos del 20% del tiempo se dedicó a temas que debieran marcar una gestión gubernamental exitosa, histórica, a la manera de quienes se venden como estadistas, en aras de convencer al 19% de votantes indecisos, con un liderazgo fuerte para llevarnos al desarrollo socioeconómico sostenido deseado. ¿Pericia para gobernarnos?, el tiempo dirá. Mientras tanto nosotros, los ciudadanos sin afiliación a partidos, el 99% de los votantes, exigimos a los actores públicos eleven el nivel de miras y supriman las campañas negras que nos denigra a todos. Pugnemos para elegir a quien con estrategia y propuesta, confirme la capacidad para construir el Gobierno que en Sonora queremos. Entre todos y para todos.
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