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AMLO y los idus de septiembre

No sé lo que López Obrador había agendado en su bitácora de fin de gobierno, el próximo día 30, menos de cuatro semanas.

Joaquín  López Dóriga

“A veces las cosas que no sabes dicen todo de ti”.

Florestán.

No sé lo que López Obrador había agendado en su bitácora de fin de gobierno, el próximo día 30, menos de cuatro semanas.

Pero antes de agosto todo era una primavera sobre ruedas: candidata, congreso, triunfos, lo que ahora, cerca del otoño, se le está convirtiendo en un invierno y no solo para él, sino para su sucesora y para los mexicanos.

Y no ha sido por los resultados alternos y oficiales de su gobierno ni por los niveles reales de violencia en su presidencia, al día de ayer 196 mil 513 personas asesinadas y 51 mil desaparecidos, ni el cuento de contar ya con el mejor sistema de salud del mundo.

No.

Lo que se la está yendo de las manos es el conflicto que estalló con las prisas y desaseo para irse con su reforma Judicial en medio de protestas ya callejeras que no vio y que ahora no quiere dimensionar.

Es tanta la arrogancia, que no registra los niveles crecientes del rechazo de un amplio sector de la sociedad, encabezado por los 55 mil trabajadores del Poder Judicial Federal, y los mil 700 jueces y magistrados a los que ayer se agregó la Suprema Corte cuando la mayoría de los ministros se sumaron al paro nacional. Solo votaron en contra las suyas: Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres, los otros ocho se fueron en apoyo de la suspensión de labores, a la que ya se han unido maestros y alumnos de universidades de todo el país, iniciando con los de la UNAM, que él ya descalificó.

Y en medio de esta crisis, porque esta es una crisis por más que lo nieguen, una cámara de diputados itinerante se atrincheró en la Sala de Armas, qué significativo, de la Magdalena Mixhuca, resguardados por vallas, cadenas, candados y cientos de granaderos, para aprobar hoy esa reforma y mandarla al Senado para sacarla en las mismas condiciones de semiclandestinidad, mientras las protestas arrecian en las calles, ya con algunas expresiones violentas, y no pararán ante la aprobación dictatorial, así se las dictaron, de la reforma de López Obrador.

A ver qué tamaño de conflicto le hereda a Claudia Sheinbaum el 1 de octubre.

RETALES

1. REPRESIÓN.- Loretta Ortiz despidió ayer a tres integrantes de su equipo por pronunciarse a favor del paro de labores. Y con Batres, amenazó con encarcelar a magistrados de circuito y jueces de Distrito, violentando la decisión mayoritaria de los otros ocho ministros;

2. PLAY.- Ken Salazar ignoró la pausa de López Obrador y regreso a declarar que sí respeta, como Bora, pero reiteró lo que llamó los riesgos en las relaciones, de elegir jueces por voto directo. Pausa; y

3. TIMO.- López Obrador reconoció ayer, así como así, que declarar en su último informe de gobierno que México tiene el mejor sistema de salud del mundo y el voto mano alzada a favor de su reforma fue un plan con maña, dedicado a sus adversarios.

Nos vemos mañana, pero en privado.

*- El autor es periodista español naturalizado mexicano con 55 años de experiencia

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