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Volver a las raíces y abrazar la tierra

La importancia de regresar a nuestras raíces y cultivar nuestros propios huertos.

La importancia de regresar a nuestras raíces y cultivar nuestros propios huertos nunca ha sido tan clara como en estos tiempos de incertidumbre alimentaria y económica. Nuestra salud está en juego, y los precios de los alimentos orgánicos a menudo son casi inalcanzables.

Recuerdos de mi infancia en la casa de mi abuela en Sonora inundan mi mente con nostalgias de un tiempo pasado. El aroma embriagador del café recién tostado llenaba el aire, mientras el sonido familiar del cacareo de las gallinas resonaba en el patio trasero. Sus huevos, recién puestos y aún tibios al tacto, con una yema de un naranja profundo, parecían un tesoro en comparación con la palidez de los que encontramos hoy en las cadenas de supermercados. Las calabazas, recién cosechadas y aún cubiertas de la tierra del campo, ocupaban un lugar destacado en la mesa de la cocina, junto con los limones frescos cortados del huerto, listos para preparar una limonada refrescante y natural.

Estas escenas parecen pertenecer a un tiempo muy lejano, desconectado de la vida citadina actual. Sin embargo, estas imágenes que evocan un anhelo por un tiempo en el que la conexión con la tierra y la autosuficiencia eran la norma, se desarrollaron apenas décadas atrás.

En un mundo dominado por los supermercados y los alimentos procesados, la idea de cultivar nuestros propios alimentos hoy en día puede parecer una fantasía irrealizable. Sin embargo, trabajar en nuestros propios cultivos sería el primer paso hacia la reconexión con lo que realmente importa: nuestra salud, nuestra comunidad y nuestro planeta.

Un ejemplo inspirador de esta conexión con la tierra y la comunidad es el proyecto “Spaces of Opportunity” en el sur de Phoenix. Este oasis en medio del desierto urbano es el resultado del esfuerzo de vecinos comprometidos con la salud y la revitalización de su comunidad. Al transformar un área desértica en una granja comunitaria, están redefiniendo el concepto de seguridad alimentaria y creando oportunidades de empleo y educación para todos.

“Spaces of Opportunity” no solo proporciona alimentos frescos y orgánicos a precios asequibles, sino que también promueve un estilo de vida activo y saludable. Además, fomenta el orgullo y la identidad cultural al celebrar las raíces agrícolas de la zona y ofrecer un espacio para que los jardineros y agricultores locales compartan sus habilidades y conocimientos.

Recientemente, la celebración de “Fund the Farm” en el Desert Botanical Garden fue un recordatorio poderoso del impacto positivo que este proyecto tiene en la comunidad. No solo se recaudaron fondos para hacer que estos espacios sean más sustentables, sino que también se fortaleció el sentido de pertenencia y colaboración entre los residentes.

En un momento en que las grandes ciudades enfrentan desafíos económicos y de salud, proyectos como “Spaces of Opportunity” son más importantes que nunca. No solo están cultivando alimentos, están cultivando esperanza en un futuro más saludable. Nada muy alejado de los desafíos de mi ciudad fronteriza Mexicali.

Al reflexionar sobre estos datos y testimonios, surge la pregunta inevitable: ¿Por qué no volvemos a cultivar nuestros propios huertos? La respuesta está en nosotros mismos y en nuestra capacidad para reconectar con la tierra, con nuestra comunidad y con nuestras raíces.

*- La autora es periodista independiente para medios internacionales