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Marcelo Ebrard y Sheinbaum

Complicada hipocresía se siente en el acercamiento de Ebrard a la campaña de Claudia Sheinbaum.

Complicada hipocresía se siente en el acercamiento de Ebrard a la campaña de Claudia Sheinbaum. Lo que pudo ser, fue, y es imposible ocultarlo. La certeza de Marcelo Ebrard de que el grupito preferido de Obrador para apoyar a la Claudia a la candidatura de la presidencia fue de ira sin duda; de desilusión y un mal sabor de boca del más competitivo de la Sheinbaum por la presidencia. No nos hagamos bolas, dijo Carlos Salinas de Gortari al seleccionar a su candidato sucesor a la presidencia.

En l a presentación de Clàudia Sheinbaum como candidata a la presidencia, treinta; quizás más, incondicionales buscadores de huesos conformaron el suceso. Yo, como soy muy quisquilloso y sin duda observador agudo, no lo puedo negar, así soy, vi en la fila de incondicionales a un Gerardo Martínez Noroña lo más alejado de la Sheinbaum. El, que siempre en toda la campaña se encontraba en primera fila; a uno o dos metros de la candidata lo mandaron hasta la orilla; al final de los caravaneros. Triste se notaba el inquieto y pertinaz Noroña, que sin duda se sintió relegado, alejándolo de la candidata a más de 12 metros. Ebrard, por el contrario, muy cerca de Sheinbaum como pagando la académica candidata las ofensas de Mario Delgado, presidente de Morena de y naturalmente de Obrador la jugada; la mala jugada de Mario Delgado y el mismo presidente, a uno de los más consistentes candidatos por Morena a la presidencia: Marcelo Ebrard. “No nos hagamos bolas”, debió repetir Obrador recordando al “odioso” Salinas de Gortari. Qué cosas tiene la vida de la política, al presidente más criticado y agredido por el actual “Rey del cash” (libro de Elena Chávez, Grijalbo 2022), le copia el presidente sus ideas: no nos hagamos bolas: Claudia Sheinbaum es mi candidata y punto. Marcelo, mientras tanto en esta presentación citada, muy cerca de la doctora elegida; a tres personas únicamente. Mario Delgado mientras tanto, del hombro de la Sheinbaum; faltaba más. Siendo el orquestador principal de esta trácala politiquera siempre merecerá el primer asiento de este movimiento de la 4T. A la hora del discurso declarándose candidata, los aplausos fueron estruendosos, de todos, menor de Ebrard. En un momento dadoMarcelo se dio cuenta de que allí se encontraban los medios y sin más, aplaudió tímidamente, con recelo y sin duda en desacuerdo con esta faramalla. No tuvo otra alternativa, quedarse sin aplaudir en el evento serias sin duda,bastante criticable, en estos aplausos de incondicionales,tuvo que sumarse tímidamente: “los comentadores de losmedios no perdonan, me están observando; soy de alguna forma el inconforme de esta selección de Sheinbauma la presidencia, siendo yo el más preparado y con mejortalento para esta investidura”. Este pudo ser sin duda elpensamiento de Ebrard en aquel evento. Mientras tanto,Ricardo Monreal, otro destacado y muy hábil político trepador a la 4T al centro de la fila; entre preferido y no. Asílas cosas; así la cosa.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.